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Opinión | El jugador número 13

Catorce pinturas

La realidad está en lo que está. Hace falta seguir con todo el trabajo que le falta al grupo con los condicionantes que tiene

Centrándonos sólo en el mal juego y los malos resultados, se mira hacia el lado y el foco va hacia el club

Centrándonos sólo en el mal juego y los malos resultados, se mira hacia el lado y el foco va hacia el club / ACBPhotos

A punto de llegar sólo al primer mes de competición, ya tenemos una crisis instaurada y que nos trae a los del Unicaja recuerdos de tiempos no demasiado lejanos, con malos resultados, juego del equipo que no es el acostumbrado, fichajes que no van, descontento por el tema abonos y ahora una lesión de larga duración en una posición con pocos elementos. Vamos, Halloween o Todos los Santos que, aparte de ser más serio, es mucho más nuestro.

Empecemos con los listados y las columnas de cosas malas y cosas buenas. Lo primero, lo que hay en la primera línea de esto que escribo: sólo el primer mes de competición. Esto tiene mucho de positivo, en el sentido de que hay tiempo de sobra de enderezar el camino, pero, por otro lado, lo que se ha visto no tiene la evolución que últimamente estábamos, quizá, mal acostumbrados.

En la realidad actual, esa que nos dice que el club está con uno de los presupuestos de la parte alta del país (¿quinta posición?), podríamos exigir que los únicos rivales a los que se les permitiera ganar al Unicaja fueran los equipos de Euroliga, pero el argumento me parece de una simpleza y un reduccionismo que suena a insulto para la inteligencia de cualquiera porque sería dejar de lado demasiadas cosas.

La realidad está en lo que está. Hace falta seguir con todo el trabajo que le falta al grupo con los condicionantes que tiene. Por parte de algunos miembros del plantel anterior se ha dado el paso adelante adecuado, los nuevos son los que están desentonando con respecto a expectativas y realidades. No se trata de meternos en si son mejores a esa versión del momento en que llegaron los que han venido a sustituir, es que, centrándonos en los casos de Chris Duarte y Xavier Castañeda, se está buscando la última imagen que dieron antes de llegar a Málaga y todo el mundo es consciente de ello.

Del dominicano se puede uno poner pesado con la adaptación, pero creo que esto preocupa más que el talento que se sabe que tiene, es lo primero a recuperar. Y de Xavier Castañeda, dejando consideraciones físicas aparte, no creo que pase la cosa por ser unos tiernos, ilusos y crédulos. Que por haber visto unos cortes de vídeo con las mejores canastas ya estamos facultados para emitir juicios, pero, simplemente con haber visto algo de eso, la pregunta es de qué manera puede ser productivo si el sábado pasado no llegó a intentar siquiera un triple.

Esta cosa tan simple y de barra de bar prescinde por completo de algo bueno que haya podido ofrecer alguno de los jugadores nuevos porque reducir el foco tiene esto, obligatoriamente tienes que verlo todo negro y te quedas sólo con lo malo-malísimo.

Centrándonos sólo en el mal juego y los malos resultados, se mira hacia el lado y el foco va hacia el club, el precio de los abonos, las invitaciones y se empiezan a oír cosas como mal trato y otras cosas que al final siguen siendo superficiales porque, si bien siempre ha habido de todo esto en la vida del Club Baloncesto Málaga, como la bola no entra, es el momento de sacarlas a bailar.

Porque, estando muy de acuerdo en que la directiva actual tenía facilísimo mejorar la gestión anterior, que rozaba el argumento de alguna de las catorce pinturas negras de Francisco de Goya, tampoco esto es perfecto, al igual que no lo es ni el entrenador, ni los jugadores, porque todos fallamos, incluyendo aquel que emite un juicio. Incluso el Papa ha de hablar ex cátedra para considerarse infalible.

Y ahora podemos retorcer argumentos, datos, llevarlos a nuestro terreno para tener la razón y sacar pecho de lo listos que somos, pero te llega la competición y, aunque se hubiera seguido la pauta de los últimos partidos ante el CB Canarias y se hubiera ganado en La Laguna, ahí está la lesión de David Kravish. Él sólo, sin más problema que un resbalón, vemos que el búlgaro de Illinois va a estar fuera alrededor de cuatro meses y aunque en ese ejercicio de opinión, su renovación, o más bien, la extensión de ésta, es algo que tampoco tiene una adhesión multitudinaria (para empezar, a mí no me convence la duración), lo cierto es que o hay mucha suerte en el repuesto como ocurrió en su momento, cuando en enero de 2023 Yankuba Sima reemplazó a Augusto Lima, y el buen desarrollo del equipo fue tal que tapó los errores del gerundense, o se le va a echar bastante de menos.

Y no, el argumento de la reducción de jugadores en el plantel de Ibon Navarro es igual de bueno con trece que con catorce y hay que dejar que el que tiene la responsabilidad en la gestión del grupo sea el que lo determine. No cada uno desde su teclado particular porque lo fácil es ser el mejor porque se acierta la quiniela rellenándola el lunes.

No hay más que tener paciencia y tomar las cosas tal y como son porque esta prueba es algo que viene sin tenerla en ninguna agenda, aunque se pueda prever que una lesión puede llegar. Lo raro sería cuadrarla en el calendario. Aparte, si desde la posición que tenemos no vamos a ser capaces de respaldar al mismo equipo que nos devolvió la fe, lo mismo nos merecemos ir repitiendo una historia mucho más oscura que lo de Goya.

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