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Opinión | Viento fresco

Mazonerías

No se va a su pura casa. Hoy preside un Consejo de Gobierno, en el escaño se queda y no convoca elecciones

Carlos Mazón, ayer, agachándose para caber en esta foto.

Carlos Mazón, ayer, agachándose para caber en esta foto. / ep

Igual que ese gato del célebre experimento de Schrödinger, que estaba muerto pero vivo a la vez, Mazón ha dimitido pero sigue de presidente (en funciones) a la vez. Dijo que se iba pero a continuación se fue a su despacho no a su casa. No sigue pero hoy preside en Alicante un Consejo de Gobierno. No sigue pero es él el que convocará las elecciones.

Es un cachondo este Mazón, que lo mismo se harta de copas con una rubia de buen ver (que no habla, se hace la víctima y es ambigua no se sabe si por maldad o necedad) que se chotea de la institución que preside. Mazón dimite porque no puede más, dice. Pero se va a no poder más a su despacho. Cuando uno no puede más se va a su pura casa. Es una curiosa manera de no poder más. Nadie puede más con él ya pero hay que aguantarlo. La (no) solución es muy Feijóo. Es muy Rajoy, también. La entienden ellos. A Feijóo le falta autoridad para decirle a Mazón que se vaya de una vez: se queda en el escaño. De otro lado, Mazón mete a Vox en la ecuación para que ayude a elegir presidente. Si Vox pudiera aplicar su programa liquidaría la Generalitat, las autonomías y el Valenciano y nombraba fallera mayor a Santiago Abascal , con la obligatoriedad de hacer estallar una petardá de honor todos los 20-N.

Mazón ha acabado con el prestigio de la sobremesa, costumbre muy española. Las ha demonizado. Ha sido maestro en cambiar de versiones y en su despedida parcial ha echado la culpa de casi todo al Gobierno central. No acaba de comprender que no estuvo a la altura, que cometió un pecado de lesa diligencia. Cualquier español con dos gin tónic (o con un Jägermeister) encima es capaz de delegar con euforia. Él ni eso. No hacemos leña del árbol caído porque Mazón no tiene madera. Y no ha caído. Es un prestidigitador cutre con un ticket de parking en la chistera. Lo único que propicia Mazón es una guerra en su propio partido a ver quién lo sustituye. No aclara plazos, no convoca comicios, no nada. «Feijóo pide a Vox que facilite cuanto antes la elección de un nuevo president», dice el titular. Ahí se resitúa todo: Feijóo subordinado a Vox, implorando. Impotente. Y Mazón en su escañito.

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