Está claro que el que quiera estar al día de lo que pase en las preliminares del Alameda puede hacerlo, igual que uno si se lo empeña puede ver un partido clasificatorio para el Mundial de Fútbol entre equipos de la Concacaf. Todo es ponerse. Sin embargo, entiendo que no haya muchos medios que quieran retransmitir la primera ronda del Concurso de agrupaciones de canto (COAC). Este primer filtro es necesario para que los nuevos tomen conciencia de lo que es cantar en un teatro y con el público carnavalero sacando los colmillos. Es un gran ejercicio de calentamiento para próximos años por parte de aquellos que se dejan las tardes y las noches de sus semanas ensayando por el sueño de pisar las tablas de un teatro.

El Carnaval es la fiesta de la crítica y Málaga es la primera en el peligro de la libertad, para empezar no es poco. Lo importante es que la crítica tanto encima de las tablas como desde las butacas sea siempre respetuosa, pero la guasa tiene que estar en todas direcciones, de arriba abajo y de abajo arriba. Presentarse en un teatro a cantar tiene todo el mérito del mundo, por supuesto, pero parte del coste que tiene es notar el colmillito del resto rondándote el cuello. El espectáculo acaba de empezar en el teatro. Que llueva todo lo que tenga que llover, que nos vemos en las calles, con el Carnaval de verdad, en el que nadie se queda fuera porque no hacen falta entradas. Aprovechemos el tirón del Carnaval para crecer.