El paso de la hermandad de la Salud por la calle Trinidad es siempre una cumbre estética de la Semana Santa malagueña, un regalo para los sentidos y los sentimientos. La cofradía trinitaria demostró su buen hacer en la tarde del Domingo de Ramos.

Abría el cortejo la Banda de Cornetas y Tambores de Fusionadas, que llegando al Puente de la Aurora rompía el bullicio de la tarde con 'La Milagrosa'. Antes, para salir de San Pablo, interpretaron el Himno Nacional, y seguidamente el clásico sobre los clásicos, 'Cristo del Amor'.

El viento obligó a muchos nazarenos a sujetarse el capirote con las manos, pero el sol ayudó a no deslucir el cortejo. Impresionó también la curva del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor desde calle Trinidad a Rivera del Guadamedina. La dio, en una espléndida maniobra, con 'Costaleros del Amor'. Ya avanzando hacia el puente, 'La Trabajadera'. Acompañó al Cristo la Agrupación Musical de la Vera+Cruz de Campillos. También se le cantó una saeta, sin callar los tambores y meciendo los hombres de trono. Cumbre estética también el paso del Señor por el puente de la Aurora, recortada su figura por el sol de la tarde.

La Virgen de la Salud también se gustó en calle Trinidad frente a la casa hermandad del Santo Traslado. Acompañada por la Banda de Música de La Paz, fue mecida, mientras se le hizo una gran petalada, con 'La Virgen de la Trinidad'. Luego, el trono trazó la curva con 'Salud de la Trinidad'. Una maniobra muy aplaudida. En la rampa hacia el puente, se le cantó una saeta.

Hay que destacar, una vez más, el ejemplo nazareno de estos penitentes y lo compacto que va el cortejo avanzando al toque de bastón.