El nuevo recorrido oficial de la Semana Santa tenía una condición sine qua non para hacerse realidad: la segunda puerta de la Catedral. La expectación en torno a la rampa para poder acceder ha sido sobresaliente durante toda la Cuaresma. Humildad y Paciencia iba a ser la encargada de inaugurar la estructura efímera. Allí estaban los cofrades. Sobre todo los que a partir de ahora emplearán el mismo camino para acceder al primer templo.

Pollinica fue la primera en salir y cinco minutos después, en La Unión se puso en marcha con su cofradía desplegando esencias nazarenas en las que impera lo clásico. Capirotes en todos los nazarenos, incluidas insignias y mayordomos de trono. El Señor y su grupo sobre un trono reducido para sortear el dintel catedralicio a los sones de la banda de cornetas del Carmen.

Por la calle Ancha del Carmen, los tronos iban rentabilizando el esfuerzo, aprovechando los tirones a tambor. Momento de recuperar energías en penitentes y hombres de trono.

La Virgen de Dolores y Esperanza lucía su nueva corona de Curro Claros y Joaquín Ossorio. Tules para enmarcar su rostro. Corazón traspasado en el pecho. Un exorno floral profuso pero equilibrado. La banda De la Cruz del Humilladero acompañaba el trono desde el barrio a la Catedral.