El gran estreno de este Domingo de Ramos es, sin duda, el nuevo recorrido oficial, pero cada año se renuevan muchas cosas por parte de los cofrades malagueños: el compromiso espiritual y penitencial, enseres y túnicas, entre otros muchos elementos, así como la ilusión que cada uno pone en la procesión. Todos estos elementos los tiene, sin duda, la cofradía del Prendimiento, capuchinera por los cuatro costados, que pese a estrenar hoy la ampliación del trono de la Virgen del Gran Perdón, sigue fiel a sus esencias primigenias y, por ejemplo, es una de las que no ha abandonado ni Carretería ni la Tribuna de los Pobres, porque esta hermandad sabe pintarle el alma a la ciudad que la acoge.

Poco después de las cuatro y media de la tarde, con un sol de justicia y miles de personas junto a la casa hermandad, se ha puesto en marcha el desfile procesional del Prendimiento. Jesús es traicionado por Judas, el beso que humilló a la humanidad y entregó al Cordero a los romanos y los ancianos del Sanedrín, el beso que, si bien se mira, sirvió para precipitar la redención. Abriendo el cortejo, los de siempre, los que nunca fallan, los que hicieron a golpe de corneta y tambor más grande la Semana Santa malagueña: Bomberos. La banda ha anunciado la salida del cortejo con la marcha El Prendimiento y Málaga entera ha aplaudido mientras los nazarenos de la sección del Señor se derramaban, con sus coloridas túnicas por el Ejido. Se trata, como cada año, de uno de los cortejos que más gente pone en la calle: 950 componentes. El Señor de Castillo Lastrucci sigue impresionando a los malagueños por la serena mirada ante la traición más vil, pero aún así los hombres de trono se entregan por Él. Acompañados por la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir, la salida fue, como cada año, apoteósica. Primero el Himno Nacional y luego, tras una parada, la marcha Prendimiento. Muchos aplausos y vivas para el Rey de Capuchinos. Ya a mediación de calle San Millán, el Himno de la Candelaria. Antes de salir, vivas de los hombres de trono a su Cristo.

Han acompañado a la hermandad el alcalde, Francisco De la Torre, y el portavoz socialista y candidato a la alcaldía, Daniel Pérez, junto a varios de sus concejales.

El exorno floral del trono del Señor del Prendimiento, de nuevo, muy conseguido y elegante: rosas cool water, rosas grises, tulipanes morados, frecsias moradas, achilea, mini cimbidium mostazas, flores de arroz cremas, thalaspi y eucalipto.

Luego le ha tocado el turno a la Virgen del Gran Perdón. Acompañada por la Banda de la Soledad de Mena, que este año, por cierto, actuó en la previa del pregón oficial, la Señora se hace a la calle con elegancia, con una mecida amplia y cadenciosa, elegante, cimbreando el palio y las barras crujiendo sobre los hombros de los esforzados portadores. Para salir, el Himno Nacional y luego se ha interpretado Malagueña del Gran Perdón. Vivas y aplausos para la Virgen han sido la tónica general de la salida. Durante un rato, ambos tronos han sido mecidos al mismo tiempo con una marcha, pues estaban a la misma altura de San Millán, antes de que los nazarenos de la dolorosa salieran, algo que ha ocurrido después, cuando ya ha avanzado el Señor.

La llegada a la Tribuna de los Pobres fue un poco accidentada para el trono de Jesús, ya que a la altura de Postigo de Arance se le cayó la mano derecha a la imagen. Afortunadamente se quedó en el mismo trono y dos hermanos subieron rápidamente al trono y la volvieron a colocar sin más problema. Luego se tuvo que ajustar antes de entrar en el recorrido oficial, en la calle Especería.

La Virgen iba exornada con las siguientes flores: rosas cezanne de jardín, rosas vivians brunias grises, flores de arroz fucsias y ruscus plateado.

La hermandad del Prendimiento estrena la ampliación del trono de la Virgen, sometido ya a una intensa tarea de reforma y en proceso de cambios y mejoras desde hace años: la nueva mesa del trono ha sido ejecutada por Antonio Cabra, que ya hiciera lo propio, por ejemplo, con la Soledad del Sepulcro. Este ha aligerado su peso sin que merme la resistencia, además de ubicar cuatro amortiguadores en sus patas. Asimismo, se ha sustituido el suelo de la mesa, pasando de uno de madera de 19 milímetros a uno de última generación basado en un panel sandwich de aliminio y composite de sólo cuatro milímetros de grosor, bajando el peso en 120 kilos. Por último, se le ha dotado con una lámina adhesiva de aspecto plateado en la que se refleja todo el conjunto del palio y la candelería, como explicó la hermandad en la presentación del pasado 30 de marzo.

Asimismo, se han añadido 12 candelabros a la candelería y ajustado el tamaño de la primera fila a la grandiosidad del nuevo trono. El techo de palio ha sido desmontado y su estructura, restaurada, dándole un nuevo sobrepalio, de modo que el techo gana cinco centímetros de altura. Los arbotantes se desplazan diecisiete centímetros hacia los vértices del trono, al igual que ocurre, aunque en menor medida, con las ánforas y cráteras. La mesa es 24 centímetros más ancha, por tanto, y cuenta con un moldurón en orfebrería de 12 centímetros de ancho y doce de alto, basada la pieza en los dibujos originales de la parte superior del trono y reproducidos con total exactitud. Se han incluido en este moldurón ocho carteras distribuidas en tres a cada lateral y dos en el frontal. En las del lateral izquierdo se han reproducido los escudos de las tres sedes religiosas de Capuchinos, Pastora, Salesianos y Hermanas Hospitalarias y en el lateral derecho, las tressedes de la cofradía (Santo Domingo, Iglesia del Carmen y la Divina Pastora). En el frontal va el escudo de la diócesis de Málaga. Además, hay cinco nuevas cartelas aún sin grabar. El trono también ha sido limpiado.

El cajillo, por cierto, quedó estrecho al pasar de seis a ocho varales en su día. Por ello, para compensar el conjunto de palio, cajillo y mesa se ha ensanchado este en treinta centímetros, 15 a cada lado. Se han sustituido las cuatro águilas bicéfalas que portaban atributos de la pasión por otras de mejor calidad y diseño. El cajillo ha sido ejecutado por Emilio Méndez. En dos años, por tanto, se ha reducido el peso del trono en 300 kilos y caben 16 hombres de trono más.

También destacan, entre los estrenos, el estandarte de las Jornadas Mundiales de la Juventud y la marcha para el Señor Prendido por un beso, de Alberto Caballero.

La hermandad es la última en abandonar el nuevo recorrido oficial, al pasar a las diez y cinco de la noche por la Torre Sur de la Catedral.