Las calles del centro de Marbella se convirtieron anoche en un hervidero de devoción con los desfiles procesionales de las hermandades del Calvario y del Cristo del Amor, que sacaron a la calle cinco tronos, presididos por la imagen de Cristo en la cruz, a través de los cuales los fieles pudieron mostrar su devoción a sus sagrados titulares. La única incidencia fue un apagón de unas dos horas que afectó a algunas de las zonas del recorrido procesional.

La primera salió a las seis de la tarde de la ermita del Calvario, donde la Agrupación Musical de La Pollinica de Marbella seguía al Cristo de la Exaltación, una imagen de José Dueñas que fue portada por 90 hombres de trono, acompañados por 60 nazarenos envueltos en túnicas negras y capirotes burdeos. Le seguía su madre, María Santísima del Calvario, una talla de Ricardo Dávila que desfiló por las calles del Centro a hombros de 100 hombres de trono y acompañada por 70 nazarenos de negro y turquesa, al compás de las marchas de la asociación musical Virgen del Rosario de Algatocín.

La de ayer fue la primera salida procesional de la hermandad con Jesús Madueño como hermano mayor. Entre las novedades, la cofradía estrenaba este año enseres como un estandarte o la antigua bandera salesiana. Y también se ha habilitado la campana de la capilla, con la que se dio el toque de salida desde la puerta principal.

La otra cofradía que recorrió anoche las calles de Marbella fue la Hermandad del Cristo del Amor, que salió de la ermita de Santiago, situada en la plaza de los Naranjos, a las ocho de la tarde, para recorrer la calles del casco antiguo, donde la cera vertida por lo pasos de la noche anterior se derrite al sol cada día.

Abrió el cortejo el Santísimo Cristo del Amor, una talla de Juan Manuel Miñarro que partió al son de la banda del escuadrón de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Torremolinos, en un trono portado por 75 hombres, entre los que se encontraba el alcalde de Marbella, José Bernal, que forma parte de la cofradía desde niño y ha sido este año el pregonero de la Semana Santa de la hermandad.

El cortejo continuó con San Juan Evangelista, una imagen del siglo XVII atribuida a Pedro de Ocampo a hombros de 60 costaleros. Cerró la procesión María Santísima de la Caridad, de Francisco Pinto, llevada a hombros por 80 hombres, destacando este año el baño de barniz dorado contra el agua y la colocación de placas de oro en los tres tronos.