La hermandad de Señor de la Cena y la Virgen de la Paz es el orgullo de Málaga, uno de tantos, pero no uno más ni uno menos. Es tal la contundente elegancia de esta cofradía con raíces ferroviarias y alma de Domingo de Ramos, que en el Jueves Santo pone la nota nostálgica que precede a la Pasión de Jesús, esa que se fragua en la última cena y ya no desaparece hasta la resurrección. Miles de personas se dieron cita a las cinco y veinte de la tarde para ver la salida de la hermandad en calle Compañía.

Abriendo la procesión, la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Sacramento de Yunquera. Luego, miles de nazarenos con túnica de color rojo se derramaron hacia Fajardo, una calle magnífica para procesionar.

En ese momento, se hizo a la calle el Señor de la Cena, con cuidadísimo y elegante exorno de claveles rojos, panes caseros y lirios morados. Acompañado por la Agrupación Musical de la Redención de Córdoba, el trono se hizo a la calle con el Himno Nacional engarzada con 'Sagrada Cena', describiendo una curva dulce, rotunda y eterna para dirigirse a Fajardo. Por cierto, la fachada de la casa hermandad es nueva, la han remodelado recientemente. Hubo aplausos y vivas. Ya para entrar a Fajardo, otras dos engarzadas: 'Entregado a su pueblo' y 'Nuestro Padre Jesús de la Victoria'. Los vivas previos a la salida de los hombres de trono se convirtieron en piropos y aplausos en la calle.

Este año, la hermandad preparó un cambio importante: en lugar de Pasar por Molina Lario y Santa María, la cofradía hace la triple curva de Duque de la Victoria, San Agustín y Císter, de gran dificultad para un trono de esta envergadura. Para la cruceta, se previeron cuatro marchas engarzadas.

La Virgen de La Paz iba elegantemente exornada con orquídeas blancas, rosas rosas y nardos, entre otras flores. La acompañaba la Banda de Música de la Paz, que para la salida interpretó 'Paz Malacitana'. Hubo aplausos, vivas y piropos. Acto seguido, se dirigió a embocar Fajardo, complejísima curva que dio con su marcha.

Durante el recorrido, se preparan varias petaladas, como la que le hace el grupo joven de la cofradía en Álamos esquina Plaza del Teatro, y diversas saetas para ambas imágenes. El momento cumbre de la Virgen de la Paz se vive cuando el trono se levanta frente a la casa hermandad de Estudiantes, en Alcazabilla, y ya no se baja a la dolorosa hasta mitad de Plaza de la Merced.