La iglesia de San Juan volvió a ser protagonista de otra salida procesional. En este caso de la mayordomía de la Vera+Cruz, de las Reales Cofradías Fusionadas, que sigue haciéndose un hueco en la noche del Jueves Santo tras abandonar el vía crucis que hacia en la madrugada del Viernes Santo. El atraso de su horario le ha permitido tener más público al insertarse en unas horas en las que todavía hay mucha gente en la calle. Además, se ha cambiado un poco el cortejo, que sigue siendo austero y con un carácter más anclado en el Viernes Santo, por lo que se convierte en el puente perfecto entre ambos días.

El silencio se hace al paso de este cortejo, aunque la cercanía con la procesión de la Congregación de Mena a menos de 20 metros, cantando el Novio de la Muerte y con los tambores no ayudaban al recogimiento. Como tampoco lo hacía el helicóptero de la policía que sobrevolaba el Centro en ese momento. No obstante, ellos mantuvieron la compostura. Palio de respeto tras el trono, marcha 'Virgen del Valle' interpretada por un grupo de viento, portadores con capillo rezando, el sacerdote llevando capa pluvial y una reliquian, el cuerpo de acólitos serio y bien puestos y los nazarenos formados con orden. El conjunto no tenía `peros' que ponerle y fue rematado por una saeta cantada desde un balcón sin micrófono por un joven cantaor y con letra dedicada a esta advocación. Una procesión necesaria para recordar que detrás de la espectacularidad siempre hay una fe y una devoción.