La Archicofradía de la Pasión ha salido puntual. Este año sí, tras la decepción del Lunes Santo de 2016 cuando tuvo que suspender la salida procesional por la lluvia. Pero el inicio de la procesión es sólo una parte de la estación penitencial, que comienza mucho antes, cuando los integrantes de la procesión llegan a la iglesia de los Mártires para asistir a la misa entre varales. El interior de la iglesia es un mar de túnicas moradas que apenas pueden esconder los nervios.

El final de la misa suele ir acompañado de una última oración, este año especialmente destinada para los cristianos perseguidos. De hecho, el hermano mayor de la archicofradía, Antonio Sánchez, que recordó la decepción del año pasado tras la suspensión y el contraste que ha supuesto este año anunciar el inicio de la procesión. "Cubran sus rostros", fue la orden del hermano mayor, momento en que un mar de capirotes cubrió la iglesia y comenzaron los últimos preparativos para la salida.

Las puertas de la iglesia de los Mártires se abrieron y se escucharon los primeros compases de 'Requiem' por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Almogía, que abrió el cortejo en una soleada tarde que había atraído a un numeroso público a la plaza y las calles cercanas, siempre guardando un respetuoso silencio, tal y como impone esta hermandad.

Las maniobras del trono de Jesús de la Pasión se realizaron en el silencio del interior del templo, donde la penumbra estaba rota por los rayos de sol que entraban por la puerta del templo. Con precisión el trono embocó la puerta de salida, obligando a los portadores de los varales exteriores a salirse de su puesto para ganar los centímetros necesarios para pasar por el dintel. Sin mecer, despacito, calculando cada movimiento y bajando el trono para que el 'stipes' de la cruz no diera con el vano de la puerta. El himno nacional acompañó a los aplausos del público una vez que hubo superado ese punto. La Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza acompañó con 'Pasión, Muerte y Resurrección' los primeros pasos de la cofradía en la calle.

En el interior esperaba la Virgen del Amor Doloroso con toda la candelería encendida, entre las que destacaban las seis 'Marías', que llevaban un sello alusivo a la persecusión de los cristianos. La Banda Municipal de Arahal acompañó los primeros movimientos del trono con la marcha 'Amor Doloroso'. Las naves de los Mártires estaban prácticamente vacías, con el largo cortejo de nazarenos en la calle, abriendo camino a su sagrada titular. De nuevo mucho cuidado a la hora de sacar el trono, que encaja por centímetros en la puerta. La luz del sol se mezclaba con las nubes de incienso creando un ambiente especial en los últimos momentos del trono de la Virgen antes de su salida.

Una vez fuera, y ya sobre los hombros de sus portadores, la Banda de Música del Arahal interpretó la marcha 'La Madrugá' y luego 'Cordero de Dios', con las que la Virgen del Amor Doloroso realizó la calle Santa Lucía ante un respetuoso público. La elegancia y porte señorial del trono y de la Virgen llegó a impresionar a una policía nacional que estaba en ese momento prestando servicio en la salida de la hermandad. "Qué bonito", reconoció.

Tras la salida, el cortejo tomó dirección a la Catedral de Málaga, donde realiza su estación penitencial y siendo una de las primeras en incorporar este punto en su recorrido procesional. Este año con algunos cambios, al girar hacia la izquierda una vez que acceden por la puerta del Patio de los Naranjos, comprimiendo el cortejo y obligando a simplificar el acto, ya que los nazarenos este año no se arrodillaron.