Fue un conato de pelea a la altura de la sucursal de Unicaja en la calle Carretería. Ni siquiera pertenecían a las promesas que siguen a Jesús Cautivo el Lunes Santo de la Semana Santa de Málaga, según las primeras pesquisas. Dos personas que se enzarzaron en una discusión sin mucha trascendencia. No hubo disparos, ni pistolas, ni armas blancas. De hecho, la Policía Local duda que llegara a haber agresión de ningún tipo. Pero fue suficiente para que la mezcla de cansancio, lo avanzado de la hora y cierta histeria colectiva se unieran para provocar la estampida de personas en todas direcciones.

La Policía Local se encontró desbordada por momentos. Cientos de personas corrían en todas las direcciones. La banda de cornetas y tambores Jesús Cautivo fue literalmente empujada hacia el trono y, como un juego de dominó, eso llevó el pánico a los nazarenos. Algunos salieron corriendo y la riada humana ya fue incontenible. Los portadores de trono permanecieron junto al trono, lo que permitió dar cierta seguridad a los que permanecieron a su alrededor. Cuando la gente llegó corriendo a la Tribuna de los Pobres, ésta se vació y mucha gente entró a la carrera en el cuartel de la Policía Local, en la avenida de la Rosaleda, pidiendo refugio.

"Enseguida se empezaron a producir muchos bulos que aumentaron la histeria, diciendo que bajaba un coche por la calle Carretería, que si hubo disparos, que si una explosión, aunque en realidad no pasó nada grave", comentó el concejal de Seguridad, Mario Cortés.Dos heridos

La huida se produjo hacia todas las direcciones: Tribuna de los Pobres, Nosquera, Ollerías, Álamos, las calles en el entorno de Gigantes y hacia Tejón y Rodríguez. Allí fue donde se produjeron los dos únicos heridos de esta avalancha, cuando una pareja intentó saltar la valla de una zona ajardinadas y se cayó. La chica sufrió una luxación y un pinchazo sin muchas consecuencias. El chico que la acompañaba se hizo una herida importante en la pierna, por lo que un Policía Local tuvo que hacerle un torniquete en la pierna para frenar la hemorragia.

La estampida arrasó con el orden procesional, viviéndose momentos de verdadero pánico entre las filas de nazarenos. Los mayordomos intentaron pegar las secciones de nazarenos a la pared, para que no se vieran envueltos en la huida, aunque muchos de los más pequeños sufrieron ataques de nervios y hubo muchos que salieron corriendo. El estandarte del 'Senatus' fue totalmente destrozado en plena avalancha.

La vuelta a la calma entre el público la propició la propia cofradía. Por un lado, la banda de Jesús Cautivo pudo recomponer el orden de la mayoría de sus miembros y empezó a tocar, ayudando a reducir la tensión y transmitiendo cierta sensación de normalidad. Por la cola, el mayordomo de trono de la Virgen de la Trinidad, que estaba saliendo de Tejón y Rodríguez, dio los toques de campana de llamada a los portadores y levantó el trono, entre aplausos del público cercano y empezó a avanzar acompañado de las marchas de la Banda Sinfónica de la Trinidad. Eso permitió estrechar la distancia entre las secciones, comprimiendo a los nazarenos y aumentando la sensación de seguridad.

A partir de ese momento, la calle Carretería fue recuperando la calma poco a poco y las filas de nazarenos se fueron recomponiendo, con cierta dificultad pues hubo que rehacer el orden procesional tras el caos inicial. La procesión pudo volver a su recorrido y encerró sobre las seis de la mañana.