Amaneció soleado el Lunes Santo de Antequera y así se mantuvo durante toda la jornada para que la Archicofradía de los Estudiantes procesionara un año más por las calles de la ciudad de los Dólmenes a sus tres sagrados titulares. Alegría que contrastaba en parte con la fatídica suerte que un día antes habría tenido la Pollinica, cuando se vio sorprendida por una tromba de agua en pleno desfile.

Los Estudiantes iniciaron su estación de penitencia desde la iglesia de San Francisco de manera un tanto novedosa. Unos raíles hicieron que la salida de los tronos fuera más rápida. Además, los miembros del cortejo accedieron al templo por la Capilla de la Sangre, con la intención de mejorar la organización.

Una vez inmersos en el itinerario, con los hermanacos ataviados con el uniforme habitual de traje, corbata negra, camisa blanca y banda verde, Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Sangre abría la procesión, siendo el único cristo que va bajo palio en la Semana Santa antequerana. Siguiendo a dicha sagrada imagen, se mecía al son de la banda de música municipal de Casabermeja el Santo Cristo Verde.

Cerrando el cortejo, Nuestra Señora de la Veracruz se abría paso estrenando la primera fase del nuevo suelo que ha realizado Ángel Sarmiento, así como la finalización del dorado de la canastilla y los escudos de la parte inferior del trono, trabajo llevado a cabo por Emilio López Olmedo, de Sevilla. Además, la Virgen lució en este 2018 una saya realizada en los talleres malagueños de Felicitación Gaviero.

El momento más esperado por los devotos fue el paso de la cofradía por la calle Duranes, un hecho mágico en la Semana Santa de Antequera. Al son también de la banda de cornetas y tambores Veracruz de Almogía y de la banda de música de Veracruz de la misma localidad, las imágenes titulares de los Estudiantes se mecían entre aplausos, petaladas y algunas lágrimas de emoción.

Justo atravesada la medianoche, la procesión llegaba de nuevo a su templo, produciéndose el último encuentro en el que el Nazareno de la Sangre realiza un giro casi imposible en el interior de la iglesia para después mirar de cara a Nuestra Señora de la Vera Cruz.

Punto y final de un Lunes Santo espléndido en Antequera, donde no hubo que mirar en ningún caso al cielo y las lluvias únicamente fueron de pétalos, claveles y aplausos en las calles de la localidad.

Ahora, la Archicofradía de los Estudiantes ya mira a 2019 con nuevos proyectos, como la continuación de la mejora del trono de la Virgen, finalizando el suelo y realizando distintos trabajos en plata tanto de la marquilla, como del friso y la crestería del palio. Asimismo, también efectuarán arreglos en el cajón de arriba del palio del Nazareno de la Sangre.