El sol apretaba fuerte en el barrio de la Trinidad. Sus calles, habitualmente llenas el Lunes Santo por la tarde para ver a Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad, presentaban un aspecto semivacío una hora antes de la nueva hora de salida, que se adelantó en casi dos horas con el nuevo recorrido oficial. Conforme se acercó la hora en que iba a pasar el Cautivo, las calles se llenaron. La gente llegaba directa del trabajo o de hacer los 'mandaos' del día. Algunos con el uniforme de trabajo intentaban hacerse un hueco entre la multitud.

La Trinidad, barrio lacerado por la precariedad y la rehabilitación fallida, se puso las mejores galas posibles para recibir a Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad. Esas galas no son más que su gente. Si la hora tempranera no ayudaba a llenar las calles antes, cuando pasó el Señor de Málaga no había un hueco libre en la calle Mármoles. Había una auténtica riada de gente. Simplemente era espectacular, a falta de otras palabras para describirlo. Su devoción mueve montañas de corazones.

Eugenio no desaprovecha esta ocasión para ganarse un poco de dinero para tirar unos meses. En su carro se pueden encontrar todo tipo de productos relacionados con el Cautivo. Hasta 52 diferentes. Desde mochilas a postales, desde pastilleros a tazas o pulseras. Para él es un modo de ganarse la vida, para muchos, la oportunidad de tener al Cautivo siempre cerca.

Lunes Santo | Salida del Cautivo

Lunes Santo | Salida del Cautivo

Salida en blanco y oro

Y llegó la hora. A las cinco y cuarto, puntuales, salió el cortejo nazareno en dirección a la casa hermandad. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. Este año con más fuerza. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio era motivo de orgullo de los hermanos, que estaban deseosos de verlo bajo el sol. Y este era el año, saliendo más temprano y con más sol para recibirlo.

Los primeros toques de campana a Jesús Cautivo correspondieron a Mario Ortega, mayordomo histórico de trono ya retirado y que recibió así un merecido homenaje a su entrega a la hermandad. La maniobra de salida llevó a los varales del trono a casi besar la pared de la casa de enfrente. En una ventana enrejada, una vecina lloraba al ver a Jesús Cautivo. En la plaza, la gente aplaudía y gritaba vivas al Cautivo. La suave brisa ondeaba la túnica, que parecía acompasar la mecida del trono. La Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Cautivo marcaba el paso firme y elegante del trono. La Trinidad se revitalizó y Málaga se echó a la calle.

Mientras, en el interior de la casa hermandad se vivía otro momento de emotiva despedida. El de Juan Partal como mayordomo del trono de la Virgen de la Trinidad y lo hizo en el año del estreno del nuevo recorrido, nuevo horario y el palio de la Virgen, una obra espectacular de los talleres de Joaquín Salcedo. Todos querían verlo bajo el sol. Y así fue pocos minutos después, cuando la Banda Sinfónica de la Trinidad empezó a interpretar 'Alma de la Trinidad'.

Los sellos de la candería, diseñados por Salvador de los Reyes, destacaban en un conjunto donde el palio ya supone el remate definitivo al trono, que además ha ganado en altura, dejando el conjunto mucho más armonioso.