Hay estilos que no pasan desapercibidos. Y eso es lo que ocurre con la hermandad de la Sentencia y la Virgen del Rosario, una corporación nazarena que llama la atención durante su procesión del Martes Santo malagueño y con su forma de hacer a lo largo de todo el año. La Semana Santa de Málaga le debe mucho a hermandades del corte de esta, porque siguen guardando las tradiciones, el cómo se entienden aquí el procesionismo, y eso va pasando de padres a hijos, generación tras generación. Quien haya visto salir esta tarde desde su casa hermandad de la calle Frailes a la cofradía sabrá de qué hablamos. A las siete y media en punto, se ha hecho el cortejo a la calle. Los tres golpes en la puerta para que esta se abriera los ha dado Alejandro Rodríguez Gómez, director de las Escuelas de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga, como hermano mayor honorario. Tras ellas, la cruz guía presidiendo un cortejo con solera y empaque. Poco a poco han comenzado a derramarse por una concurridísima calle Frailes los nazarenos del Señor. Tras la cruz guía, la Banda de Cornetas y Tambores de Los Moraos de Alhaurín de la Torre, cuyas primeras notas han sido con la marcha Soledad de San Pablo.

Una vez que la sección del Cristo estaba fuera al completo, perfectamente formada, el trono de Jesús de la Sentencia ha ido saliendo poco a poco al brazo para luego ser subido a los hombros, como debe de ser. La salida se ha efectuado con el Himno Nacional y luego, como primera marcha ya en la calle, ha sonado Sentimiento gitano, interpretada por la Banda de Música de Torredonjimeno (Jaén). La maniobra de salida es compleja, por la estrechez de Frailes, repleta además de público, pero los experimentados hombres de trono la han trazado con éxito. Fenomenal la pericia de los capataces y del mayordomo, que han gobernado el trono con la seguridad que sólo da la experiencia.

El Señor, por cierto, iba magníficamente exornado con rosas rojas y otros motivos silvestres como la espiga y la uva que la definen como una hermandad sacramental. Por cierto, a lo largo del recorrido ha dado los toques de campana el pintor del cartel de este año, Antonio Martín Espada.

Poco después, han comenzado a salir los nazarenos de la Virgen del Rosario. El cortejo iba discurriendo poco a poco hacia la Plaza de la Merced, una de las zonas irrenunciables para esta hermandad. La Virgen, este año, lleva un exorno compuesto por dieciséis flores distintas, obra de Ramón Vega, que comenzó a las doce de la mañana del Lunes Santo a pinchar las flores y concluyó su trabajo a las tres de la madrugada. Entre las flores, ha explicado que hay orquídeas, fresias, rosas, minicalas, orquídeas lavanda y vendela, entre otras muchos, "con una gama malva y otra que va del rojo fuerte al fucsia".

Con la dolorosa, iba la Banda de Música de la Trinidad Sinfónica, que ha interpretado el Himno Nacional para la salida de la Virgen y luego, ya en la curva, ha tocado la marcha dedicada a la advocación de la dolorosa, del gran Perfecto Artola. A medida que han ido avanzando para rodear la plaza de la Merced, más gente se agolpaba a ambas filas de la calzada para seguir la procesión. Ya en calle Álamos, la Banda de Cornetas y Tambores de Los Moraos ha interpretado En tu memoria, una marcha homenaje a José María, un joven componente de la agrupación fallecido hace unos meses en un accidente de tráfico. Descanse en paz. La Virgen del Rosario, por cierto, porta un rosario de amatista del Obispo Molina Lario (S XVIII), cedido para la procesión por un devoto de la imagen. La Semana Santa de MálagaLa Semana Santa de Málaga se hace más grande cada día.