En este mundo "cofrade" que parece que se ha vuelto loco, que cada vez piensa más en las formas, exquisitas por cierto, pero olvida el fondo. Que no duda en usar linternas o silbatos cuando menos corresponde, incluso al paso de una cofradía por muy horroroso que sea el entorno por el que se discurra. Que busca el fallo para ejercer la crítica sin piedad y sin mesura en las redes sociales, el abrazo fraternal se convierte en medicina contra estas nuevas enfermedades. El tradicional abrazo de terciopelo de Frailes tuvo lugar este 2019 en Álamos. Y el morado fue celeste del Rosario en la procesión de la Sentencia. Las tradiciones están para mantenerse, incluso en plena revolución semanasantera.

Una cofradía que no para de evolucionar y crecer. Se adaptarse a las exigencias del siglo XXI pero sin perder las esencias. Mejor dicho, recuperándolas. El protocolo de la salida repitió esquemas. Los primeros toques al trono del Señor los dio el autor del cartel, Naranjo Beltrán; mientras que en la Virgen lo hizo Mario Cabello, jefe de protocolo de la hermandad y pregonero de este año. Aunque el hermano mayor, José María Romero, no se revistió su hábito azul hasta que salió la Virgen del Rosario, para no dar mal ejemplo de descapirotado.

Martes Santo | Sentencia

Martes Santo | Sentencia

Las ordenadas filas de nazarenos, dispuestos en su sitio porque en Semana Santa todo tiene que tener un por qué, preferían al trono en el que el Señor de Martín Simón escucha la sentencia de Pilatos. La cofradía trabaja para que en 2023 el nuevo trono y grupo escultórico sea una realidad. En ello están trabajando distintos artistas, como José María Ruiz Montes o Manuel Toledano. Con la túnica de Juan Rosén y rodeado de flores moradas y rosas, la Sentencia se dictaba en la plaza de la Merced y la banda de Torredonjimeno interpretaba "Cristo en la Alcazaba". La árabe de Málaga formaba parte del decorado.

El celeste se adueñaba entonces de la calle. Los niños pedían cera o la mano de los nazarenos. La Virgen del Rosario, con un tocado de raso en tablas perfectas, llevaba en su mano la llave del sagrario De la Iglesia de Santiago, su sede canónica.

Acostumbra a llevar un arreglo floral variado que este año resulta especialmente acertado. Sellos con la cruz De Santiago en la candelería y la banda de La Paz con un repertorio alegre, para acompasar cada mecida.