(Málaga) Bajó al Centro para comprar los últimos regalos, esos que se resisten. Se alejó de los centros comerciales, donde había resuelto otros obsequios, buscando originalidad.

Pese a la crisis, el casco antiguo de Málaga lucía hermoso, pleno de estrellas multicolor colgadas en hilos de las calles. Eran menos que otros años, pero el Ayuntamiento se las había ingeniado bien para que no se notara demasiado.

A la vuelta de la esquina, la vio. Hacía 5 años que no sabía nada de ella. Se la veía igual, aunque empujaba diligente un carrito con un niño. ¿Suyo? Probablemente.

Entonces lo supo. Ese año, esa Nochebuena, tenía pendiente otro regalo importante: dar un repaso a su agenda telefónica y enviar una caricia en forma de whatsapp a quienes ya no estaban en su vida, pero habían representado algo en ella.

Ese pensamiento la inundó mientras elegía con cuidado palabras, envueltas en whatsapps, que transmitieran dulces caricias de Navidad.