(Málaga) Tam, tam. Suenan las campanas, ha llegado la hora de ir adorar al niño Jesús al pesebre. Melchor, Gaspar y Baltasar se postran ante los pies del rey del cielo. Oro, incienso y mirra son los presentes que llevan para todo un Dios.

De repente despierto del sueño en que había caído y no puedo creer lo que está sucediendo, un ejército de bondad se acerca cargado de presentes para los más pequeños de la casa. Bolsas y bolsas de regalos llegan para ser preparados para la noche más importante del año.

Tam, tam, llegan sus majestades de oriente cargaditos de regalos, mira aquel niño de sonrisa amplia tras recibir su obsequio, otra llora de felicidad al ver la muñeca que le han traído; más adelante, otra grita de sorpresa. Era justo lo que había pedido, aquel chiquitín se agarra a su madre asustado y sorprendido por todo. Luces, risas y gritos inundan el ambiente de una noche de ilusión.