Con un sol de justicia y sin viento. Condiciones casi ideales para iniciar un Miércoles Santo en un punto tan alejado de Centro como es la calle Ayala. Desde allí llega una hermandad muy nueva, pero que ha conseguido forjarse una personalidad propia a base de trabajar los detalles. No hay otra igual en Málaga como la hermandad Mediadora. Pese a su juventud ha sabido coger un interesante poso cofrade y trabajar muy bien su carácter.

No está concebida la hermandad Mediadora para el trazo grueso. Sino para los detalles que explican el mensaje y el sentido cofrade que se esconde en cada elemento. El color azul pavo real de las túnicas de la sección de la Virgen Mediadora y de los cirios de los nazarenos. El guiño entre las secciones del Nazareno y de la Virgen. El primero con los cirios del color de la sección de la Virgen, los otros con los paños de bocina del negro de las túnicas de los penitentes del Cristo. La jábega en las manos de la Virgen, las piñas cónicas de claveles blancos y su sutil juego con los remates de la base de las barras de palio. Los dibujos en la candelería... se podría seguir relatando muchos de esos detalles que se encuentran en la hermandad, pero sería largo. Queda por trabajar la todavía novedosa sección del Nazareno Redentor del Mundo, pero ya se apuntan muchas cosas y solo la advocación y la talla invitan a pensar que la cofradía tiene claro que su personalidad es irrenunciable.

Otros detalles se encuentran en el transcurso de la procesión. Quizás algunos no pensados y otros con toda la intención. La petalada a la Virgen Mediadora en la entrada de la calle Ancha de Carmen fue espectacular y supuso que la Virgen recibiera pétalos cada vez que iniciaba la marcha de los muchos que se habían quedado acumulados en el palio. La marcha 'Victoria y Paz', por la Banda Sinfónica de la Trinidad, acompañó la salida de la Virgen de la calle Ancha del Carmen. Todo un mensaje de lo que lleva esta cofradía desde la Carretera de Cádiz.