Consultados los informes meteorológicos, la hermandad del Cristo de las Penas se puso en marcha. De forma puntual además. Querían dar normalidad a su salida penitencial. Ir al Centro según el itinerario previsto, hacer estación de penitencia en la Catedral y regresar rápido a su barrio. "En caso de que el tiempo empeore, podemos dar tirones largos", informó uno de los mayordomos. Y a las 16.45 horas sonaba la Marcha Real y los primeros nazarenos de Don Bosco salían del Santuario de María Auxiliadora. Su casa.

También salían el hermano mayor, Juan Manuel León, acompañado de tres integrantes de la banda de cornetas y tambores del Cautivo: Raúl Arribas, Pepe Vilve y Pepe López. Iban a ser los encargados de dar los primeros toques de campana, porque con motivo del décimo aniversario de la formación musical trinitaria, este año fueron los pregoneros de Salesianos.

Tras abrirse las puertas de la casa hermandad, se procedió a esta singular ceremonia. Seguían saliendo nazarenos en perfecta armonía y rigor. Sonó una primera saeta con el trono al hombro. Aún dentro del salón recién inaugurado. E inmediatamente, para afrontar la maniobra de salida, la del Cautivo interpretó "Inde Gloria Mea" para las primeras mecidas.

El trono ya ascendía la cuesta de Eduardo Domínguez Ávila a redoble de tambor. Venía con diligencia. En la plaza de Capuchinos aguardaban las representaciones corporativas de la Divina Pastora, Prendimiento y Dulce Nombre. Justo antes también estaba la Asociación de María Auxiliadora.

Claveles rojos en el monte a los pies de un grupo de Manuel Carmona muy acertado y dinámico. El angelito de la trasera del trono este año portaba un bonete Salesiano, al conmemorarse el 125 aniversario del colegio de San Bartolomé en Málaga.

La previsión apuntaba lluvia a partir de la medianoche. Algún chubasco disperso quizás con anterioridad. El cielo estaba plomizo. Pero Salesianos siguió adelante.

Y lo hizo con tanta diligencia, que llegó con suficiente adelanto a la Tribuna, tanta, que aprovechó también el pequeño retraso de Mediadora para alcanzar el acuerdo de adelantar a la del Ave María y ser los primeros en pasar por el recorrido oficial este Miércoles Santo.

El trono también estrenaba cuatro imágenes sedantes de evangelistas obra de Carmona. Ante la presidencia de la plaza de la Constitución, la banda del Cautivo bordó "El Enviado De Dios", levantando los aplausos del público.

Con la misma celeridad regreso la hermandad Salesiana al barrio de Capuchinos. Divisaban ya su Santuario y la comunidad de sacerdotes se asomaron a las ventanas del colegio. Las filas de Nazarenos, que habían salido del templo, entraban sin embargo a la casa hermandad. Los sones de la banda del Cautivo seguían sirviendo de acompañamiento magistral. Marchas propias y clásicas para la recogida. Con una sencillez abrumadora el trono ganó el dintel del salón. De cara al pueblo se despedía el misterio. Muy despacio a los sones del Ave María de Caccini. "¡Arriba el Cristo de las Peñas!", alguien aclamó. Pero el silencio del público se impuso en un momento estremecedor. La hermandad ganó la partida a la lluvia, que ni se atrevió a hacer acto de presencia. Solo un tímido chispeo, justo en el encierro y con el patrimonio humano y material completamente a salvo.