La Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Paz fue la primera en poner sus Sagrados Titulares en las calles de Antequera el Viernes Santo. La plazuela de Santo Domingo y la Citarilla se volvían a quedar pequeños para acoger a todos los vecinos y visitantes que se aglutinaban en el entorno de la basílica. Tras ella, la Archicofradía de la Santa Cruz en Jerusalén, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Socorro se meció al son de la Banda de Música de Villa de Otura en una salida casi en paralelo en el barrio del Portichuelo. Antes de las vegas, se vivieron momentos emotivos. La Paz en el tramo final de su recorrido, realizó un ´homenaje´ a una de sus camareras, girando los tronos hacia su balcón en calle Infante don Fernando. Además, las dos cofradías vivieron su particular encuentro en plaza de San Sebastián. Una multitud acompañó a los tronos de La Paz, por la cuesta que conduce a su templo del mismo nombre, y no menos a la del Socorro que se inició en Cuesta de Zapateros. Mientras tanto, el silencio y la oscuridad se fueron haciendo dueños de las calles por donde pasó la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, Quinta Angustia y Santo Entierro que, de nuevo, hicieron Estación de Penitencia sin ningún tipo de iluminación eléctrica.