María Pagés se inspira en Sor Juana Inés de la Cruz para el primer solo de su laureada carrera, Óyeme con los ojos, con el que llega al Teatro Cervantes este sábado (a partir de las 20.00 horas). Narra las inquietudes espirituales y existenciales de una mujer cuya vida está marcada por el baile como vocación ética. La madurez le aporta la distancia y la valentía de revelarse tal como es: una mujer, humana, a la que no le sorprende ni le asusta su humanidad. En él interactúan con fluidez historia y palabra, ritmo, cante y melodía, zapateado y percusión, voces viriles y delicadas, humor, ironía y compromiso a borbotones con la vida.

«La intención era reivindicar la espiritualidad por encima de cualquier signo, confesión o religión. En este sentido, Sor Juana fue una mística y mujer. El título viene de un verso de ella que contiene la idea de que todos los sentidos están comunicados y que muchas veces oímos con los ojos y vemos con los oídos. El show es una suerte de monólogo interior, de una búsqueda interior que reivindica la espiritualidad. Si te fijas, hay una unidad en esa búsqueda, da igual de dónde procedan esos místicos. Al final, todo es para llegar a esa búsqueda de la felicidad, de la plenitud y da la casualidad de que todos hablan del amor para alcanzarla», asegura la Premio Nacional de Danza 2002 y la Medalla al Mérito en Bellas Artes de 2014.

Óyeme con los ojos tiene mucho de reivindicación femenina (recordemos que en su anterior espectáculo, Yo, Carmen, todos los textos eran de autoras femeninas). «Soy feminista», confiesa Pagés, quien argumenta: «Feminista entendiendo el feminismo en su sentido estricto de lucha por conseguir la igualdad de la mujer respecto al hombre, un objetivo que todavía no hemos alcanzado». Y Matiza: «Las mujeres estamos sometidas siempre a nuestro propio sexo. Es algo que cuando nos levantamos cada día tomamos conciencia de ello y vamos bandeando y moviéndonos en esta sociedad machista. A veces se lleva mejor y otras veces no. He tenido mucha fe en mi posición como mujer dirigiendo una compañía de danza. Soy la directora de un grupo, la jefa de una compañía, por decirlo de una manera más directa, en un mundo como el flamenco, que no siempre ha sido el más propicio para que la mujer desarrolle ese rol».

Óyeme con los ojos es otra muestra de la concepción del flamenco de María Pagés: «Siempre he pensado que el flamenco forma parte del arte contemporáneo. Eso no quita que sus bases estén establecidas en una tradición que ha ido pasando de generación en generación, y por eso nos ha llegado hasta nuestros días. Pero para mí lo interesante del flamenco es la convivencia de la tradición y la evolución. Eso lo hace muy rico».