El buen dictador, bajo la dirección de Fernando Fabiani, Manu Sánchez y el equipo de 16 Escalones Producciones, pretende sorprender al público con un «desternillante, ingenioso y cuidado texto, al que acompañan una elaborada escenografía y puesta en escena», según señala el equipo de 16 Escalones.

Con este espectáculo, Manu Sánchez se subirá el próximo domingo 29 al escenario del Teatro Cervantes para ofrecer al público una velada en la que el humor y la música serán protagonistas. Se realizarán dos pases. Uno a las 19.00 horas y otro a las 22.00 horas para los más rezagados.

En esta ocasión, tanto la compañía como el actor han apostado por incluir piezas musicales dentro del show y versiones de conocidas canciones «pegadizas y en clave de humor». Ésta es una nueva apuesta teatral que culmina la trilogía de Monarquía-Iglesia-Estado tras las obras de El rey solo y El último santo. Obras que fueron calificadas por el propio humorista como «un repaso a estos grandes poderes», siendo esta última que estrena «independiente y autosuficiente, con vida propia».

Con este último trabajo, Sánchez presentará al público a un político demagogo cuyo discurso populista y facilón dará que pensar a los asistentes. Un personaje que aparecerá «cuando todo falla, todo se tambalea, de todo se duda y se pierde la esperanza», según explican desde la compañía. En ella se nos presenta al «líder supremo, la solución definitiva. El buen dictador que dará un golpe en la mesa y actuará como Dios manda». Éste, será un colorista y ambicioso mandatario que tratará a sus «votantes» como niños para poder conseguir lo más ansía en este mundo: el poder. El mitin definitivo convertido en el más divertido, animado y musical de los espectáculos.

El rey solo. Mi reino por un puchero, consiguió reunir a más de 80.000 espectadores a lo largo del territorio español. Este primer trabajo representa a un rey, en el que acaban de abdicar y al que le toca dar su primer discursos tras su reciente nombramiento, situación para la que recibe consejos de la reina madre. A ésta le siguió, El último santo donde el humorista anuncia la llegada del Apocalipsis. Esta obra consiguió superar los 55.000 espectadores. El cómico tiene un claro objetivo con cada una de las obras que pertenecen a esta trilogía: «que la gente se vaya reída y pensada a casa».