David DeMaría iba para electricista hasta que lo dejó todo por la música. Con sólo 19 años, en 1997, inició su carrera en solitario y publica su primer álbum homónimo. Ahora, celebra sus primeras dos décadas en la música con un álbum, 20 años, repleto de colaboraciones con artistas afines como la malagueña Vanesa Martín, Chenoa, Manuel Carrasco, Sergio Dalma, Rosana y Eva Ruiz, entre otros. Lo presentará mañana en el Teatro Cervantes, a partir de las 20.00 horas.

Asegura De María que en este país es difícil que alguien sepa tu nombre «si no eres futbolista». «Yo estoy orgulloso de poder celebrar mis 20 años en la música y sobre todo de haber apostado por una carrera y no por la cultura del single, de lo inmediato. Si no tienes una canción que suene en radio, no eres nadie. Yo prefiero una carrera en la que pueda hacer un recopilatorio y donde todas mis canciones te suenen», apuntó en una entrevista con Mujer Hoy a propósito del lanzamiento de 20 años.

El gaditano no se corta un pelo a la hora de echar la vista atrás, y no evita mencionar sus fracasos (como el café teatro que montó en su ciudad: «Mal momento en que se me ocurrió montarlo») o las trampas de la fama: «El éxito de Barcos de papel distorsionó mucho mi vida. Pasé a vivir a caballo entre México, Miami, Chile y España, tenía 120 conciertos en España, otros tantos en América, dos premios Ondas€ De buenas a primeras un chaval que había tenido éxito como compositor, pasa a ser una estrella. Creo que quise demostrar demasiado y me fui a grabar a Abbey Road. Pienso que ahí fue donde muchos me dieron la espalda, los mismos que me la acariciaban un poco antes. Quise crecer y me quedé solo. He conocido las cloacas y el sentirme hasta en la sopa. He empezado varias veces de cero. 20 años recopila todo esto».

Asegura el jerezano que del David DeMaría que sacó su primer disco, en 1997, «queda la misma ilusión de ir al local de ensayo, de preparar la próxima gira, de terminar una canción. Esa motivación no se ha perdido, aunque sí que he dejado mucha inocencia por el camino».

Mientras tanto, el músico y compositor sigue buscando nuevos retos, y ha publicado un poemario, Navegantes en un barco de papel, un libro en el que se dirige a su hijo, Leo. «A mi me hubiese gustado que mi padre me escribiese algo que sirviese de guía y que me llegase con 18 años para interiorizar muchas cosas por lo que se lo he dejado a mi hijo para que lo lea en el momento oportuno», asegura David. El libro pretende además servir de «consejo» a cualquier padre, pues según De María, al «vivir sin instrucciones» la poesía puede servir de «aliada» al adentrarse en un «mundo nuevo» como es la paternidad. «Es ameno, profundo y desnudo y está desarrollado sin la esclavitud de la canción por lo que he podido navegar en la reflexión».