Hace mucho que el cantante gallego dejó de ser un extriunfito para consolidarse como una de las voces masculinas más seguidas de nuestro país. Esta noche vivirá una de las paradas más singulares de su gira: actuará en los Jardines de la Cueva de Nerja.

¿Uno tiene que tener claro sus principios especialmente en estos primeros pasos en el mundo de la música?

Yo creo que no se trata de tenerlos claro, sino de tenerlos. Es como eres, forma parte de tu personalidad. Yo los inicios los estoy viviendo con mucha ilusión, sigo trabajando a la vez que sigo haciendo la gira. Está teniendo mucha repercusión, y estamos muy felices de estar empezando de esta forma.

¿Son más duros estos principios o aquellos en los que nadie sabía todavía quién era Luis Cepeda?

Una cosa no tiene que ver con la otra. Lo otra era una vida normal, con tu trabajo, y aquí te conoce un poco más de gente y te dedicas a hacer lo que te hace feliz. Yo creo que, dependiendo de la situación, una cosa es igual que la otra.

¿Aquí no hay más incertidumbre?

Hay miedo, pero bonito. Es la incertidumbre de no saber qué va a pasar con los próximos lanzamientos. Tú haces un trabajo, le gusta a la compañía, pero realmente no sabes si le va a gustar luego a la gente. Ahora mismo eso ya se ha ido porque todo lo que he leído sobre el disco ha sido superbonito, y ahora volvemos a tener esa misma sensación con la reedición.

Entre la gira de Operación Triunfo y todo el desenfreno que vivieron después, ¿dónde encontraba los momentos para componer?

Pues debajo de las piedras [se ríe]. Hay que buscarlos, no hay que dejar de trabajar. Si teníamos gira el fin de semana, los demás días yo estaba en el estudio para componer y hacer el disco. Hay que buscar siempre el momento, y también la inspiración, porque que trabajes y tu trabajo te haga feliz es lo más bonito que te puede dar la vida.

La ola de popularidad del programa le llevó a la parrilla musical, ¿ahora está en el momento de consolidarse?

Yo creo que eso hay que hacerlo poco a poco. Uno no se consolida de golpe por haber salido en un programa de televisión. Claro que OT es un punto de apoyo, pero una carrera musical no se forja gracias a un programa de televisión, se forja trabajando desde cero.

¿Realmente siente que parte de cero?

A nivel musical y compositivo, sí. Con Principios no tenía nada más que tres temas. El programa lo que hace es abrirte la puerta, tú tienes que empujar y subir. Si esperas que venga solo, la gente se olvida.

En sus composiciones ha contado con el productor David Santisteban, que ha trabajado con artistas referentes para usted como India Martínez, con la que colabora en su reedición. ¿Quería tender puentes hacia ese tipo de sonido?

No. Realmente Santisteban encuentra tu propio sonido, tu sitio. Yo tenía temas compuestos que le enseñé y ya supo lo que quería. También he trabajado con John Caballés, que es el productor de Antonio Orozco, y han salido cosas bonitas.

Y muy íntimas.

Sí, David [Santisteban] y John [Caballés] se saben toda mi vida [risas]. Pero hay que saber con quién abrirse y con quién no. Te puedes abrir para una canción, pero no con tu vida personal.

En Nuestros principios aglutina temas de su tiempo en la Academia, pero también nuevas composiciones. ¿Ve diferencias entre una y otra etapa?

Veo que cada vez voy encontrando más mi punto y mi estilo. Los temas van madurando y las letras son más intensas. Siempre se aprenden cosas nuevas y se buscan otros sonidos.

¿Y se superan los «no puedo», como canta en Si me dices?

Yo realmente no soy de los que dicen «no puedo hacerlo», yo soy de los que lo intentan y, si no sale, pasa a otra cosa. Pero nunca he dicho «no puedo», así que no he superado ninguno.

Pero sí ha tenido que superar situaciones difíciles, y que se veían en redes. Ha hablado incluso de abandonarlas por las críticas que recibía

Por un 2%, como muchísimo, de la gente. ¿Qué pasa en Twitter? Yo tengo una relación muy íntima y personal con la gente que me sigue, que es gente que me entiende. Hay cosas que solo van dirigidas a ella, pero lo que pasa es que esa red es pública, y esas cosas se pueden malinterpretar. Ahí es cuando se genera ese ambiente de odio y desprecio, de personas que tienen que pagar de alguna forma sus problemas. Twitter es así, te puedes encontrar gente muy buena y gente muy mala.

Frente a ellos, al menos, le queda el buen sabor de boca de haber cumplido un sueño. ¿Le espera uno más grande?

No lo sé. El sueño que tengo ahora mismo es seguir trabajando en esto. No se puede pedir más. Si se sigue escuchando tu música, ya está todo hecho. Creo que la constancia en esto es lo que da la felicidad, no solo el momento.