El británico David Peace ha dejado a un lado los ambientes sórdidos de su 'Cuarteto de Yorkshire', pero también la mirada de entomólogo sobre la sociedad japonesa en su futura trilogía de Tokio -de la que lleva publicados dos volúmenes- para, en 'Paciente X', su última novela, centrarse en la intensa vida y obra del escritor japonés Ryunosuke Akutagawa (1892 -1927).

Vecino de Tokio desde hace un cuarto de siglo, David Peace demuestra estar impregnado de la cultura de su país de acogida, y eso se nota en esta biografía, que parece haber estado sumergida en el líquido amniótico del biografiado, porque la novela, editada por Armaenia, con traducción del malagueño Jacinto Pariente, es un brillante juego literario, que disecciona con un gran despliegue de registros narrativos la vida pública, pero también la tormentosa vida interior de este autor que se suicidió a los 35 años, uno de cuyos cuentos sirvió de inspiración para la famosa película 'Rashomon' de Kurosawa.

Se trata, en el mejor sentido, de un artefacto literario, porque Peace aprovecha la obra, cartas y ensayos de Akutagawa para novelar en doce capítulos su biografía y en cada uno de ellos ofrecernos unos registros que van del más puro realismo a la ensoñación más absoluta, además de regalarnos guiños de su obra.

Debe saber el lector que paciente X es una suerte de 'Alicia en el país de las maravillas' en la que todo es posible, así que, que no espere una biografía académica sino una sorpresa en cada esquina, empezando por su capítulo inicial, con Buda y Jesús al rescate del biografiado o un finisecular cuento, digno del Stevenson del 'Doctor Jeckylly y Mr.Hyde', con una caja de galletas de por medio.

Akutagawa representa como pocos de sus contemporáneos el choque entre Oriente y Occidente. El logro del británico es desvelarnos con pasión y mucha imaginación la marejada de su pensamiento, las secuelas de este gran impacto en aguas del Mar del Japón.