Cuidados

Cómo es recomendable que duerma un bebé

Una de las preocupaciones más habituales entre los padres y madres primerizos está relacionada con la forma en la que debe descansar el recién nacido

Compartir habitación con el recién nacido puede ser positivo.

Compartir habitación con el recién nacido puede ser positivo. / ShutterStock

R.G.

Hay pocas cosas en el mundo capaces de cambiar nuestra vida de arriba abajo como lo hace la llegada de un bebé. Por primera vez, nosotros dejamos de ser la prioridad y volcamos todos nuestros esfuerzos en cuidar de la mejor manera posible a la nueva criatura.

Meses antes del nacimiento, muchos padres leen libros, se apuntan a alguna clase, ven documentales o se sumergen en internet tratando de ganar esa experiencia que les sea de utilidad una vez que llegue esta nueva vida. Cuánto debe comer y cada cuánto tiempo, cuánto peso debe ganar, cada cuánto debe hacer cacas, cuántas veces hay que bañarlo y otras preguntas similares rondan en la mente de muchos padres y madres.

Entre esas preguntas habituales suele encontrarse la de cuánto debe dormir y cómo debe hacerlo. No son pocos los progenitores que esperan que su hijo duerma en su cuna, solo, toda la noche y que además se eche varias siestas durante el día. Sin embargo, esta idea del sueño ininterrumpido, común en los países de Occidente, está lejos de ser universal y es muy diferente a cómo han dormido los niños pequeños a lo largo de la historia.

¿Cuánto debe dormir un bebé?

Según la Fundación Nacional del Sueño (EEUU), los recién nacidos deben dormir de 14 a 17 horas diarias, pero algunos bebés duermen incluso más. Sin embargo, estos periodos de sueño no forman un único bloque, ya que los bebés amamantados se alimentan aproximadamente cada 2 o 3 horas y, en el caso de los que se alimentan con biberón, cada 3 o 4 horas.

Los recién nacidos deben dormir de 14 a 17 horas diarias.

Los recién nacidos deben dormir de 14 a 17 horas diarias. / ShutterStock

De hecho, cuando un recién nacido duerme durante más tiempo, es recomendable despertarlo para que pueda alimentarse, pues sus pequeños estómagos no retienen suficiente leche para mantenerse satisfechos durante un periodo mayor de tiempo. Por ello, suele ser aconsejable despertar a los bebés cada 3 o 4 horas, hasta que muestre una buena ganancia de peso, algo que suele ocurrir en las primeras semanas de vida.

Lo cierto es que los primeros meses acostumbran a ser los más agotadores para los progenitores, que han de despertarse varias veces durante la noche para alimentar al pequeño. Algunos niños comienzan a dormir “toda la noche de un tirón” (5 o 6 horas seguidas) cuando cumplen los 2 o 3 meses de edad, pero cada uno tienen su propio patrón y es posible que en algunos casos no sea así.

A medida que van creciendo, la frecuencia con la que hay que alimentarlos disminuye. De acuerdo a muchos investigadores, a los seis meses, si están sanos y tienen un peso normal, no necesitan comer por la noche. Sin embargo, despertarse y necesitar la atención de un cuidador sigue siendo común durante el primer año.

¿Dónde debe dormir el bebé?

Durante sus primeras semanas, algunos padres deciden compartir habitación, colocando la cuna, cunita portátil o moisés cerca de su cama. Evitar que el niño duerma en una habitación independiente permite facilitar las tomas y poder consolarlo y supervisarlo más de cerca por la noche.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) aboga por compartir habitación, pero no compartir la cama. Y es que, dormir en la misma cama que nuestro recién nacido aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y otros fallecimientos relacionados con el sueño.  

¿En qué posición debe dormir el bebé?

La posición más recomendable que debe adoptar el bebé a la hora de dormir es boca arriba, sobre su espalda. No se aconseja colocarlo boca abajo, sobre su abdomen, ni de costado. El índice de SMSL se ha reducido sustancialmente desde que la APP introdujo esta recomendación en el año 1992.

La mejor posición para que duerma un bebé es boca arriba, sobre su espalda.

La mejor posición para que duerma un bebé es boca arriba, sobre su espalda. / ShutterStock

También es importante utilizar una base firme y estable como colchón, con una sábana bien ajustada y emplear siempre una cuna que cumpla con las normas de seguridad vigentes. Hay que evitar introducir peluches o juguetes en la cuna. Otro de los puntos a tener en cuenta es la temperatura. El pequeño debe ir vestido acorde al calor del entorno, para evitar que pase calor o frío.  Para ello, podemos fijarnos en signos de sobrecalentamiento como el sudor o su temperatura corporal.

Puede resultar obvio, pero en algunos casos no se cumple. El bebé debe estar alejado completamente del humo del tabaco, pues ser fumador pasivo aumenta el riesgo de muerte súbita.

Ayudar al bebé a dormir

Como ya hemos mencionado antes, cada recién nacido tiene su propio patrón de sueño y le lleve varias semanas aprender a distinguir entre el día y la noche. Para ayudarle de alguna forma a que, poco a poco se vaya adaptando, podemos mantener el silencio y la penumbra durante las tomas y los cambios de pañal nocturnos. Las luces tenues y la calma reforzarán el mensaje de que la noche es para dormir.

Pero, con el fin de acelerar este proceso es importante no mantener despierto al bebé durante el día para que duerma más por la noche. De hecho, los bebés que llegan muy cansados, tienen más problemas para dormir. Si el pequeño se muestra inquieto o molesto, es positivo abrazarlo o acunarlo para que se calme.