Amitriptilina hidrocloruro para la depresión: conoce sus efectos secundarios

Entre los medicamentos que se usan para tratar la depresión está la amitriptilina, con muchos efectos secundarios que debes conocer

Amitriptilina hidrocloruro para la depresión conoce sus efectos secundarios

Amitriptilina hidrocloruro para la depresión conoce sus efectos secundarios

Una depresión no se puede dejar sin tratar, y los medicamentos como la amitriptilina, que se presenta con diversos nombres comerciales, es de los más empleados con el fin de paliar este trastorno.

Ahora bien, es cierto que las medicinas que se toman para luchar contra la depresión presentan una enorme cantidad de efectos secundarios, tantos que a veces la persona que las toma siente que no es ella misma.

La confusión es el principal problema

Con los medicamentos del tipo de la amitriptilina casi siempre pasa lo mismo, y es que las personas que la toman se quejan de que permanecen en un estado de confusión durante horas después de ingerirla.

Reportan síntomas como la visión borrosa, la debilidad, los mareos que se deben a la toma de estas pastillas, que, si bien ayudan mucho a la mejora de su estado de ánimo en general, por otra parte, también las adormece.

Las reacciones más graves llevan a que el paciente tenga dificultades a la hora de hablar o de expresarse con coherencia.

Tener ansiedad y estar irritable también se asocia a este principio activo

Otro trastorno que se manifiesta en algunas personas es la ansiedad y la irritabilidad, lo cual es un problema al combinarse con la depresión, una enfermedad que no “casa” nada bien con tener un estado de ansiedad permanente.

Parece que la causa es que la amitriptilina provoca una especie de sensación de euforia en aquellos que la toman, algo necesario, pues en la depresión el ánimo y las energías están por los suelos.

A las dos o tres semanas ya notaremos esta mejora, que algunos la tomarán como tal y otros como un inconveniente, pero hay que saber que, aunque existen muchos antidepresivos, no hay ninguno que sea inocuo.

Podemos hablar con el médico, pues es cierto que no todos los organismos reaccionan igual a los distintos principios activos y siempre se puede jugar con las dosis para que los efectos secundarios sean menores o desaparezcan.