Una agricultura más sostenible y rentable: el papel de los microorganismos

El nuevo contexto global impulsa a la agricultura hacia una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Más allá de los beneficios sociales, la sostenibilidad busca ese camnino donde el agricultor pueda producir un mejor producto de la manera más rentable y eficiente posible.

Una de las tendencias crecientes – siendo España el país líder – es el uso de fertilizantes naturales; productos basados en microorganismos como bioestimulantes, que suponen la llegada de la innovación a los campos españoles y al trabajo agrícola.

¿Qué son los microorganismos?

Entre los microorganismos encontramos los hongos, levaduras, bacterias - hay de muchos tipos - y virus; aunque las investigaciones se han centrado, hasta ahora, principalmente en los hongos (sobre todo micorrizas que forman una simbiosis entre los hongos del suelo y la raíz) y las bacterias, entre las que se encuentran las PGPRs.

Usar microorganismos puede generar grandes beneficios en la agricultura porque, como explican desde Sipcam – empresa referente en I+D y la comercialización soluciones sostenibles para la agricultura-, permite una mejor nutrición de la planta y, además, genera una cosecha con mejores propiedades: “mejor sabor y mejor conservación”.

Entre sus beneficios, se encuentran:

• La mejora de la salud del suelo.
• La promoción del crecimiento y desarrollo de las plantas.
• Mejora el metabolismo de los campos, por lo que son más resistentes ante condiciones adversas.
• La mejora de la calidad del producto mediante la estimulación de los procesos naturales.

Por todos estos motivos, los bioestimulantes se ven como una solución eficaz para “superar el reto planteado por la creciente y continua demanda de alimentos por parte de la población mundial”.

España, líder en el uso de bioestimulantes

Dentro de la Estrategia de Biodiversidad para 2030 de la Unión Europea, España es una de las principales potencias mundiales en el uso de bioestimulantes. Según los profesionales de Sipcam, dos son las razones que contribuyen a ello: la gran cantidad de investigadores y académicos – coordinados por la Sefin (Sociedad Española de Fijación de Nitrógeno)- y la sensibilidad ambiental, gracias a la formación de los agricultores y técnicos españoles.

Beneficios para los agricultores

La nutrición sostenible de los cultivos es, también, beneficiosa para los agricultores, que se enfrentan a dificultades por el IPC y la baja rentabilidad que obtienen con sus productos. 

La clave está en que los bioestimulantes basados en microorganismos pueden “reducir las pérdidas y aumentar el beneficio final de los cultivos” al ofrecer una diferenciación de su producto frente a aquellos cultivados con las técnicas con mayor presencia de químicos. Y es que, al extraer los nutrientes del suelo, el “agricultor puede maximizar el rendimiento de sus cultivos con los mínimos recursos”.

Además, en el ámbito medioambiental, favorecen:

Sipcam fomenta la agricultura sostenible

Entre el amplio catálogo de productos de agricultura sostenible, se encuentran los bioestimulantes de Sipcam Iberia, una compañía que se centra en la innovación a través de la investigación permanente, con un compromiso permanente con la sostenibilidad. 

El objetivo de Sipcam es que los agricultores consigan los mejores resultados preocupándose por un crecimiento sano de los cultivos, la rentabilidad y la sostenibilidad.

Para ello cuenta con un catálogo de productos innovador y rentable, diseñado desde una visión global para la búsqueda de soluciones pero sin renunciar a la cercanía de los agentes locales. Porque, en Sipcam, apuestan por relaciones duraderas y de confianza con sus principales clientes.

Un ejemplo de estos productos, diseñados para una agricultura más sostenible, serían por una parte el biofertilizante Dekiel, capaz de llevar al cultivo a obtener unos rendimientos máximos incluso cuando en su plan de abonado se reduce en un 30% y por otra parte, la Gama Stilo Micro, una gama de bioestimulantes a base de bacterias PGPR, que promueven una mejor absorción del hierro y del fósforo habitualmente.