PODOLOGÍA

8 recomendaciones del podólogo para cambiar de calzado sin que afecte a la salud de los pies

Después del verano muchos pies están deshidratados. Si pasamos sin más a los zapatos cerrados, es fácil que aparezcan ampollas o laceraciones por el roce. Y los podólogos nos dan 8 recomendaciones para hacerlo bien.

Llega el momento de pasar de las sandalias al zapato cerrado, y es importante hacerlo bien

Llega el momento de pasar de las sandalias al zapato cerrado, y es importante hacerlo bien / The Lazy Artist Gallery

La bajada de temperaturas este año se ha producido prácticamente de un día para otro. Y a muchos nos ha pillado con el pie cambiado. Nunca mejor dicho, porque sin el cambio de armario hecho ha llegado el momento de dejar el calzado de verano a un lado y empezar a cubrirse los pies. 

Así que, llegado este momento, desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) nos dan algunos consejos.

Porque a la hora de llevar a cabo este tránsito del calzado abierto al cerrado, es recomendable seguir algunas pautas para proteger la salud de los pies y evitar molestias o incluso frenar el desarrollo de algún tipo de dolencia.

Jorge Escoto, podólogo y vocal del ICOPCV explica que:

"En esta época del año son muy frecuentes las molestias en la planta del pie, en el tobillo, en el arco interno o en el empeine, muchas de ellas derivadas del uso de calzado con poca sujeción en verano o por no haber utilizado las plantillas, en caso de necesitarlas". 

"Además, también son habituales los problemas en las uñas, debido a que algunas lesiones micóticas habrán pasado inadvertidas durante el verano por haber llevado continuamente esmalte de uñas", añade el especialista. 

En esta época del año son muy frecuentes las molestias en la planta del pie, el tobillo o el empeine.

En esta época del año son muy frecuentes las molestias en la planta del pie, el tobillo o el empeine.

8 recomendaciones para calzarse en otoño

Por eso, desde el Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana facilitan ocho recomendaciones que pueden ayudar a preparar los pies de cara a la temporada de otoño. 

  • Lo primero es hacer una vista al podólogo. Esto es aconsejable para que este especialista pueda confirmar que no ha aparecido ningún tipo de anomalía. Además, es momento para eliminar duricias y tratar las uñas y los talones.
  • Hidratar muy bien los pies. Esta costumbre se debería adquirir como algo rutinario sea la época del año que sea. 

En cualquier caso, en verano, como los pies están muy expuestos, se deshidratan más de la cuenta. Si esto ocurre y pasamos directamente al calzado cerrado es fácil que la piel esté muy tirante y poco flexible, lo que facilita mucho la aparición de ampollas o laceraciones por el roce.

  • Escoge el calzado que mejor pueda adaptarse a tus necesidades concretas según como sea tu pisada y la morfología del pie. En esto, las indicaciones del podólogo van a ser muy útiles.
  • Al sacar el calzado cubierto del año pasado los podólogos valencianos recomiendan revisar las plantillas. La razón está en que cuando los zapatos permanecen guardados varios meses, es posible que las plantillas se hayan resecado por la sudoración, estén desgastadas o rotas. 

En el caso de que el calzado se encuentre en buen estado, se recomienda cambiarlas por si hubieran aparecido hongos o generaran molestias al caminar.

Hay que prestar atención al tipo de calcetines que usamos.

Hay que prestar atención al tipo de calcetines que usamos.

  • Revisar las suelas de los zapatos que tenemos en casa para confirmar que están en buen estado. 
  • También hay que poner atención a las tapas. Si están más desgastadas de un lado que de otro o deterioradas, es necesario cambiarlas. 
  • Escoger correctamente los calcetines. Éstos deben ser de fibras naturales y que permitan una transpiración correcta al pie. Además, deben aportar una protección térmica adecuada a cada época del año y tener refuerzos en la puntera para proteger esta zona que es especialmente sensible en los pacientes con patologías como los diabéticos
  • Además, lo mejor es que los calcetines no aprieten en la parte alta para evitar problemas circulatorios.