INVESTIGACIÓN
Esperanza contra la leucemia infantil más frecuente: nueva inmunoterapia para la LLA tipo B
Cuando la quimioterapia no funciona se emplea la inmunoterapia, que pasa por activar contra el tumor a las propias defensas del organismo
Se llama CAR-STAb y entre sus ventajas está el reclutar a más células defensivas del cuerpo para combatir a las células tumorales

Un niño con cáncer prueba las nuevas instalaciones de la primera aceleradora para niños pacientes oncológicos en el Hospital Universitario La Paz / EFE/ J.J.Guillén

La leucemia es el cáncer más frecuente en edad pediátrica. Cada año, unos 350 niños son diagnosticados con esta enfermedad. Y un tercio de ellos son menores de 4 años. Del total de casos que se registran en nuestro país, el 80% de ellos son de leucemia linfoblástica aguda B.
La primera opción de tratamiento para la LLA-B es la quimioterapia, basada en administrar tóxicos que eliminan células tumorales. Cuando la quimioterapia no funciona se emplea la inmunoterapia, que pasa por activar contra el tumor a las propias defensas del organismo.
Hoy en día, los casos de este cáncer de la sangre que no responden a la quimioterapia convencional ya se tratan con inmunoterapias, pero estas no funcionan en todos los pacientes.
Sin embargo, un estudio publicado en Journal for Immunotherapy of Cancer propone ahora una nueva inmunoterapia, que en modelos animales ha obtenido buenos resultados.
Se llama CAR-STAb y entre sus ventajas está el reclutar a más células defensivas del cuerpo para combatir a las células tumorales. Ha sido desarrollada por Luis Álvarez-Vallina, jefe de la Unidad de Investigación Clínica en Inmunoterapia del Cáncer Hospital Universitario 12 de Octubre-Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); Clara Bueno y Pablo Menéndez, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
CAR-STAb: nueva vía para curar la leucemia infantil
El nuevo trabajo publicado ahora en la revista científica presenta una tercera vía que combina las anteriores: una terapia CAR-T que produce un anticuerpo biespecífico. Hasta ahora, se administran anticuerpos biespecíficos, que ponen en contacto a las células defensivas linfocitos T con las células tumorales. Otra opción es la inmunoterapia con células CAR-T, basada en extraer linfocitos T del paciente y modificarlos en el laboratorio para que, una vez reinyectados, puedan reconocer las células tumorales y atacarlas.
Ambas opciones, los anticuerpos biespecíficos y las CAR-T, han mejorado el tratamiento de los casos resistentes de leucemia linfoblástica aguda de células B. Pero algunos pacientes siguen sin responder, y más de la mitad de los que sí responden sufre recaídas.

Luis Álvarez Vallina (izda) y Javier Arroyo, en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. / Pilar Gil / CNIO
Hacia terapias más efectivas
Las ventajas son varias. Los linfocitos CAR-STAb reconocen a las células tumorales por dos vías distintas, evitando que escapen. A ello se añade una característica positiva de los anticuerpos biespecíficos: su capacidad para reclutar a otros linfocitos T sin modificar presentes en el entorno tumoral, y aumentar así el número de células defensivas implicadas en el combate contra el cáncer.
“Es la primera vez que se demuestra el potencial de esta estrategia en neoplasias de células B”, explica Álvarez Vallina, que destaca que “este trabajo abre un camino esperanzador para ofrecer terapias más efectivas en pacientes con leucemia, especialmente aquellos que son refractarios o escapan al control de las terapias actualmente disponibles”.
Javier Arroyo, investigador del grupo de Álvarez Vallina en el Hospital Universitario 12 de Octubre, es primer coautor del trabajo junto con Aida Falgás, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
Arroyo destaca que “el hecho de utilizar diferentes mecanismos y distintas dianas ayuda a que, si se la célula tumoral intenta escapar a la inmunoterapia por un lado, puedas someterla por otro lado. Así a la célula le resulta más complicado poder escapar al control del sistema inmunitario”.
- Cansancio
- Palidez
- Morados y pequeñas manchas rosadas en la piel u otro tipo de sangrados por un recuento de plaquetas bajo
- Fiebre
- Dolor en las articulaciones y los huesos
- Adenopatías o aumento de tamaño de los ganglios linfáticos
La probabilidad de curación de los niños diagnosticados con esta leucemia
Como explican desde la Fundación Josep Carreras, se puede llegar a curar hasta un 85-90% de los niños con LLA. Las probabilidades de curación pueden variar según la edad (mejor pronóstico entre 1 y 9 años), el número de leucocitos al diagnóstico (mejor si es bajo) y las características biológicas de la leucemia (según el tipo de leucemia y las alteraciones genéticas que presentan las células cancerosas). La clave para saber la evolución la enfermedad es el tipo de tratamiento que reciba el niño y cómo responda su cuerpo a ese tratamiento. Para ver cómo va respondiendo, se le realizan análisis de la médula ósea en distintos momentos del proceso.
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