La selección española afronta la fase decisiva del Mundial de Rusia en el lado más amable del cuadro final sin la presencia de grandes selecciones como Francia, Argentina, Brasil o la imponente Bélgica, a las cuales sólo se enfrentaría en una hipotética final.

El equipo dirigido por Fernando Hierro se enfrenta este domingo (16 horas) a la anfitriona del torneo, un equipo inferior a las cualidades de España, pero con el aval de jugar ante su público y con la intención de seguir haciendo historia después de haber superado la fase inicial.

Rusia, cuyos grandes logros los consiguió con la denominación de la URSS, se ha clasificado para los octavos de final por primera vez desde 1994, algo que intentarán aprovechar a partir de este domingo. El primer duelo sin red será una prueba de fuego para el conjunto entrenado por Stanislav Cherchésov.

Los anfitriones apabullaron a Arabia Saudí en el estreno y golearon a Egipto en segunda instancia (3-1); sin embargo cayeron con contundencia ante Uruguay en la última jornada (3-0). Una piedra en el camino de los rusos, que buscarán la 'sorpresa' ante una España que no sabe lo que es ganar al conjunto 'local' en un Mundial.

En caso de rebasar los octavos de final, la selección española se enfrentaría al vencedor del Croacia-Dinamarca. En caso de ser los croatas, la empresa será más complicada pues el combinado de Zlatko Dalic está siendo una de las grandes sensaciones del torneo. Si fuesen los daneses sería más sencillo, a priori.

Mirando al resto de rondas, España podría encontrarse en semifinales a Suecia, Suiza, Colombia o Inglaterra, un duelo a tener muy en cuenta pues los 'pross' -pese a la derrota con Bélgica en la última jornada- ha dejado grandes sensaciones en sus dos primeros encuentros, además de disfrutar de una gran versión de Harry Kane.

Cualquiera de las otras selecciones seguirían siendo inferiores a la triple campeona de Europa, que también debe mejorar sus prestaciones si no quiere agarrarse al pasado o sufrir un revés inesperado.

En cualquier caso, España ha evitado -gracias a su primer puesto- medirse a las selecciones más laureadas y con más tradición. Es el caso de Uruguay y Argentina, bicampeonas del mundo, Portugal, vigente campeona de Europa, Brasil -pentacampeona y eterna candidata- y Bélgica, que está llamada a hacer algo grande en esta cita.