Los impertinentes chispeos y la amenaza constante de lliuvia eha alterado el desarrollo de los traslados previstos, que han ido produciéndose pero con notables recortes en los itinerarios y ritmos más acelerados en los cortejos.

El primero fue el de la Sangre, que a las 16.00 horas salió de San Felipe Neri en dirección a su casa hermandad, después de que fuera suspendida la salida prevista esta mañana. El recorrido fue el más corto posible, apenas 300 metros de distancia que se hicieron con rapidez.

Gitanos tenía el siguiente traslado de los previstos en esta jornada. Era a las 17.30 horas, aunque finalmente salieron con veinte minutos de retraso desde la parroquia de los Santos Mártires, al coincidir un chaparrón en el momento en el que tenían prevista la salida. El comienzo del traslado fue recibido con aplausos por el numeroso público situado en el entorno.

Pollinica también esperó media hora. A las 18.30 horas se abrieron las puertas de San Agustín con el guión corporativo abriendo el cortejo. Ante la previsión de un empeoramiento optaron por recortar el recorrido, girando a la derecha por la calle Granada en dirección a la plaza de la Merced y Madre de Dios, con pocas paradas.

El Prendimiento también ha decidido recortar el trayecto, dirigiéndose directamente desde la parroquia de la Divina Pastora hacia la casa hermandad, obviando el recorrido habitual del traslado. La salida se realizó algo más de una hora más tarde, aunque con un ritmo tranquilo y confiado en la mejora del tiempo.

La Piedad ha salido finalmente en hora. Con un ojo en el cielo y otro en el itinerario a seguir, pero con normalidad. La hermandad mantenía varias opciones para recortar el recorrido en el caso de que hubiera alguna lluvia, aunque las previsiones eran buenas para la noche.

Huerto también planteó su salida con cierta prevención. Fue puntal y con una puesta en escena sobria y seria, con música de capilla. Lo hicieron con un ritmo un poco más rápido de lo normal, para no arriesgarse a una lluvia inoportuna.

Las Penas realizó su tradicional entronización del Cristo de la Agonía en un ambiente de recogimiento y silencio, con una notable presencia de público y con la gloria del techo del oratorio, pintada por Berzosa, presidiendo el acto.

La archicofradía de la Esperanza inició a las 20.00 horas la Liturgia de la Palabra como preparativo del traslado claustral, que se produjo rayando las nueve de la noche.