La penúltima jornada de Veranos de Pasión se prometía interesante. El tema era Intervenciones y comisarios con Coco Jurado como moderador, Carlos Ismael Álvarez comisario del Cautivo, Manuel Gordillo, comisario de las Penas y Rafael Gallego, hermano mayor electo de Zamarrilla, en sustitución a Francisco Díaz Rosa quien fuera presidente de la junta rectora de esta hermandad.

Lo cierto que la tarde no defraudó, con una asistencia de unas 100 personas como apuntó el director de estas jornadas, Braulio Díaz Sampedro, cofrades y grupos afectados de las cofradías intervenidas llenaron al completo la sala del Hotel Vincci Posada del Patio.

Tras unas palabras del moderador para comentar estas situaciones especiales que suponen la intervención de las cofradías, Carlos Ismael Álvarez definió las diferencias entre una gestora y un comisario. "La gestora hace que la cofradía pierda capacidad pero está en manos de sus cofrades mientras que el comisario llega desde fuera con poderes casi ilimitados, con unos estatutos suspendidos, que además no está sujeto al presupuesto y con obediencia al Obispo"' explicó.

El caso de Zamarrilla como bien explicó Rafael Gallego -quien estuvo en la junta rectora durante los tres últimos años- se dilató en el tiempo porque aunque había posibilidades de convocar elecciones el propio Obispado prefirió que la junta permaneciera hasta que se terminaran las obras en la ermita de Zamarrilla y se aprobaran los nuevos estatutos, "por eso se ha prolongado la convocatoria de elecciones", dijo.

Álvarez, desde su experiencia, apuntaba que las luchas de poder entre grupos eran normales en las intervenciones. Durante su discurso lanzó titulares uno detrás de otro, como que este tipo de situaciones de conflictos de intereses "son corrosivas y demoledoras para la cofradía". "Esta vergüenza ajena que sufre el cofrade es fatal por la pérdida de capital humano, como desprestigio y eso pasará factura en los años siguientes, algo que no nos podemos permitir". También aseveraba que tras un gran conflicto cofrade "hay un cofrade que se ha encadenado a un sillón o puesto y se ha tragado la llave del candado".

Para Manuel Gordillo, de las Penas, el gran problema no es la intervención en sí, sino que "todo es consecuencia de un problema anterior, falta de objetivos y de formación cristiana´" Aseguró estar absolutamente "escandalizado con las redes sociales". También tuvo palabras para apuntar a la prensa como parte de esa culpa aunque sin duda es "la pérdida de valores de la sociedad y los cofrades. La solución no pasa por un comisario sino por la formación cristiana, la caridad y el perdón", dijo.

Rafael Gallego cerró esta ronda de valoraciones afirmando que "Zamarrilla no ha de avergonzarse por este período" y piensa que los cofrades han de reunirse para disfrutar tanto de sus titulares como de la casa hermandad.

Al preguntárseles por la fecha de caducidad de estas intervenciones, Carlos Ismael Álavarez aseguró que "esta medida excepcional ha de durar el menor tiempo posible. Eternizarse no es bueno en nada. Hay que resolver el conflicto en unas elecciones, y el Cautivo las tendrá el año que viene", afirmando que la existencia de candidatos no solo es lícito sino hasta "loable". "Lo que no es lícito es el insulto ni el falso testimonio", añadió. Gordillo, por su parte, comentó que en la cofradía de las Penas se está en fase de instrucción, en la situación administrativa, "revisando balances y cuentas y haciendo que el libro de hermanos cuadre con la contabilidad", algo que no resulta fácil porque "los documentos contables no estaban bien formulados". Y reconoció que aún no sabe cuándo serán las elecciones porque aún queda reconstruir la hermandad entre hermanos.

Posteriormente tomaron la palabra asistentes entre el público y ante la pregunta de por qué no interviene la Agrupación de Cofradías en casos tan graves, Carlos Ismael Álvarez aseguró que "la Agrupación no debe intervenir, es como una federación que actúa más sobre la logística". Ambos comisarios coincidían en el hecho de que es un gran honor aceptar una responsabilidad así, pero que sin ninguna duda era difícil y a veces "una carga" pero como apuntaba el comisario del Cautivo, "los cofrades llevamos en el ADN no tangarnos y se trata de asumir mi propia cuota de responsabilidad".

Las siguientes intervenciones fueron bastante tensas ya que varios hermanos de la cofradía de las Penas preguntaron directa e indirectamente a su comisario por qué no les recibía para hablar con ellos e incluso lamentaron que este tipo de problemas fueran objeto de debate y que se reflejara en una mesa redonda y posteriormente en los medios de comunicación. El comisario no quiso entrar en polémicas y sólo volvió a hablar al final de las jornadas para asegurar que "lo paso mal todos los días con la situación de la que creo que es una gran cofradía puntera de la Semana Santa de Málaga".

Carlos Ismael Álavarez, aludido directamente, intervino para decir que desde que llegó a la cofradía del Cautivo a lo que más se ha dedicado ha sido a escuchar a todos los que han querido hablar con él, ya fuera de forma individual o en un grupo. Y ante la posibilidad de deslegitimar a la figura del comisario aseguró que se comete un error ya que el comisario "es el alter ego del obispo, guste más o guste menos, hay que hablar y razonar los ´sí´ y los ´no´ y sobre todo escuchar porque el comisario es unipersonal aunque tenga ayudantes".

Para terminar el moderador, Coco Jurado, que había comenzado la presentación con la idea de que una "intervención médica, es una cirugía y una cirugía es el fracaso de la medicina" cerró con una frase contundente: "Si hay cofradías intervenidas es porque los cofrades hemos fallado, no nos mintamos a nosotros mismos".