Coronar al Rocío puede resultar hasta redundante, dado que para muchos, sobre todo sus devotos, y a pesar de lucir halo y no corona de ráfaga e imperiales, la Novia de Málaga ya estaba coronada desde siempre. Por la gente sencilla además. Por la que la vio distinta y única desde el primer día. Pero hoy se materializará la distinción episcopal y eclesiástica, cumpliendo así el sueño victoriano, con la gloria bajo el baldaquino catedralicio.

La ceremonia religiosa comenzará a la hora del Ángelus. A las 12.00 horas. De forma solemne y muy mariana. Que nadie olvide que se celebra la festividad del Dulce Nombre e María Santísima. Y será oficiada por el obispo de la diócesis, Jesús Catalá Ibáñez.

La imagen se situará en el interior del tabernáculo del altar mayor del primer templo, con una completa y estudiada ornamentación, como acostumbra la albacería de la corporación y muy al estilo del Rocío: cresterías de madera tallada y dorada para dar realce, flores variadas de distintas especies en color blanco compondrán el exorno del presbiterio y seis piezas de la candelería de la Virgen de los Dolores de la Expiración, cedidas para la ocasión, la iluminación. A modo de palio, una bambalina con bordados del siglo XVIII, bajo la cúpula.

Para que el obispo y los padrisnos accedan a la altura de la Virgen a la hora de la imposición del halo, se han instalado dos escaleras en los laterales.

Los miembros de la junta de gobierno vestirán chaqué. Los invitados más allegados, también. La etiqueta recomienda mantilla negra para las señoras.

María es Reina

La tradición católica enseña y lega que María es Reina. La Salve o las letanías del Rosario, oraciones cotidianas que realizan los fieles, lo recuerdan continuamente. El Rocío se erige hoy como la nueva Reina de Málaga. Será la novena Virgen de la capital en recibir este reconocimiento, el más elevado, para distinguir a las imágenes marianas más queridas, cuya devoción traspasa fronteras. Y hacía siete años que la ciudad no vivía una coyuntura similar. Las ganas son muchas y la cofradía se ha encargado de exprimir al máximo las vísperas.

Tras el triduo en San Lázaro y el multitudinario traslado de anoche, la Catedral ha amanecido revestida de un ambiente festivo, el mismo que el de las grandes solemnidades, para acoger la ceremonia, en la que actuarán musicalmente el Coro de la SICB de Málaga, la Coral Santa María de la Victoria, las escolanías Pueri Cantores de la parroquia del Santísimo Corpus Christi y la de la hermandad del Nazareno de Almogía, junto con la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga. Todo un derroche en un pontifical cuidado hasta el más mínimo detalle y que no quiere parecerse a ningún otro, por lo que el repertorio, seleccionado por Antonio del Pino, ha renunciado a las piezas clásicas y habituales de Mozart o Haëndel, y se ha recurrido, fundamentalmente, a las obras sacras de Marco Frisina y de Rafael Casimiri.

La hermandad ha editado un completísimo directorio litúrgico, que será repartido entre los asistentes. Gabriel Oporto, albacea de Cultos, hará la monición de entrada. Las lecturas y el salmo elegidos por la cofradía también subrayan el carácter mariano de la celebración: Apocalipsis 12 - «Una mujer vestida del Sol...», Salmo cantado Tú eres el orgullo de nuestra raza (Jdt 13), y el Evangelio de Lucas, sobre la Encarnación de Cristo en el seno virginal de María de Nazaret (Lc 1, 26-38). El abogado Félix Fernández Tinoco, ex hermano mayor de la cofradía, será el encargado de proclamar la primera de las lecturas.

Por su parte, el secretario general de la corporación, Alejandro Reche, dará lectura al decreto de la coronación, justo antes de la imposición del halo. La emoción, los llantos, las risas, los vítores que no faltarán y los abrazos serán el aditamento humano de esta importante e histórica ceremonia.

Los padrinos de la coronación son el pueblo de Málaga, representado por el Ayuntamiento y encabezado por el alcalde, Francisco de la Torre Prados; y la Pontificia y Real Hermandad Matriz del Rocío de Almonte, en la persona de su presidente Juan Ignacio Reales Espina.

Rafaela Sánchez hará las preces y en el ofertorio participarán José Doblas y Concepción Ruiz, que portarán la luz; María Victoria Fernández y José Villodres, que llevarán las flores a la mesa del altar, junto a Luis Sené y Elena Claros. Y Francisco González y Estela Muñoz harán lo propio con el pan y el vino.

Zonas por colores

La hermandad ha expedido un millar de invitaciones, procurando que todos los devotos que quieran asistir a la misa puedan hacerlo, accediendo por la puerta de la plaza del Obispo. La zona del presbiterio y el crucero está reservada para el protocolo. Se han establecido hasta ocho zonas distintas, distinguiéndolas por colores.

Los miembros de la junta de gobierno y hermanos más allegados ocuparán la nave central y serán los que estén más cerca del altar y, por tanto, también los que ocuparán los asientos más próximos a la Virgen. Es la zona blanca y morada.

Quienes tengan sillas en la nave de la Epístola (zonas naranja, roja y azul) tendrán que acceder a la Catedral por la puerta del Sol, en el Postigo de los Abades. Por el Patio de los Naranjos lo harán las autoridades y otros invitados (zonas amarilla y verde). La cofradía ruega que se entre al primer templo entre las 10.30 y las 11.30 horas, como máximo.

Durante la misa y en la procesión triunfal posterior de regreso a la Victoria, se hará entrega entre los asistentes de más de 20.000 estampas de la Virgen del Rocío, ya coronada, en recuerdo de este acontecimiento histórico. La fotografía ha sido realizada por Antonio Pino.

Catalá destaca el fervor a la Virgen del Rocío

La Virgen del Rocío será la novena imagen mariana de la ciudad en recibir la distinción de la coronación canónica. Lo hará gracias al decreto firmado el 24 de julio de 2012 por el obispo de la diócesis de Málaga, Jesús Catalá, que culminaba la solicitud formal realizada seis años antes y un anhelo de cofrades victorianos y devotos de varias décadas.