La apoteosis cofrade era esto. O al menos algo muy parecido. La salida procesional del Rocío Coronada a la calle ha centrado miles de miradas y muestras de devoción popular en un recorrido lleno por la muchedumbre. Gritos de "Viva la Virgen del Rocío" y "Guapa", saetas, malagueñas, sevillanas, cohetes, pétalos de flores e incluso arroz para la Novia de Málaga sembraron el camino del trono por el Centro de Málaga, pero siempre apuntando a su barrio de la Victoria.

La Catedral dio solemnidad al acto de coronación por la mañana. Pero por la tarde llegó el fervor popular, el encuentro con su gente y con otra que no la conocía y que había hecho un largo camino para verla. Entre el apretado público que llenaba las calles del itinerario se apreciaban distintos acentos a la hora de hablar. Pero un sólo sentido en lo que decían: admiración.

La salida desde la Catedral se realizó puntualmente, a las seis de la tarde con el inicio del cortejo. Fueron unos comienzos un poco accidentados. Hubo que quitar dos tulipas de cada arbotante trasero para que el trono pasara por la puerta de la Catedral que da al Patio de los Naranjos. Eso además del cambio en los arbotantes delanteros (llevaba los de la Virgen de Gracia) y que había que desmontar los varales exteriores.

Una vez fuera, tras el Himno Nacional y una gran petalada, sonó "Rocio Coronada", de Molero, interpretada por la Banda de Música de la Paz, que enseguida atacó "Azahar Victoriano", de Sergio Bueno.

El saetero Manuel Cuevas le dedicó una espectacular saeta a la Virgen del Rocío Coronada desde el Hospital Gálvez. Sin embargo, la anécdota ocurrió cuando se lió de barrio y llamó al Rocío "Reina de la Trinidad". Murmullos. El saetero repitió la estrofa sin inmutarse y, esta vez sí, sonó un "Reina de la Victoria" con todas las letras. Una gran ovación puso fin al desliz. Más llamativo fue el problema con el halo poco después, que se desprendió por el movimiento del trono y hubo que asegurarlo con unos hilos fijados al pollero.

A partir de ahí los problemas y las dudas desaparecieron. Una abarrotada Echegaray se encargó de devolver la atención a lo que importaba, la primera procesión de la Virgen del Rocío Coronada. Un grupo de vecinos de la Victoria se animaba con palmas y cantes al Rocío, un poco más abajo, una saeta de Luz María y compuesta por Rafael de las Peñas. Las guirnaldas, marchas como "Tu dulce mirada" o "La Coronación del Rocío"... el conjunto de esta calle fue un preámbulo perfecto de lo previsto en el resto del recorrido.

Fue salir de la calle Echegaray y comenzaron los apretujones. Es en ese momento cuando los integrantes del cortejo tomaron conciencia de lo que había alrededor. Miles de personas acompañan a la Virgen, que por el horario que llevan, parece que se encerrará con la luz del nuevo día.