Cada Semana Santa, miles de nazarenos salen a la calle en Málaga vestidos con su túnica. Ese humilde ropaje, que igual a todos en el anonimato, tiene en gran parte la firma de Emilio Bautista, el sastre de los nazarenos. Este malagueño falleció ayer noche a los 84 años por un problema respiratorio que venía arrastrando desde los últimos tiempos. El velatorio se realiza en la sala 20 de Parcemasa.

Emilio Bautista ha sido y es parte importante de la historia de la Semana Santa de Málaga. Desde la aparente humildad de su taller han salido miles de túnicas que han dado carácter a las procesiones malagueñas. Hace 60 años realizó su primera túnica y desde entonces, hasta que se jubiló hace una década, han sido miles de puntadas las que ha dado en diferentes telas. Terciopelo, ruán, seda, damasco... Los metros de tejido se convertían en signo de penitencia y devoción en sus manos. Con su metro al cuello, sus tijeras a manos, el dedal y la aguja ha revestido a varias generaciones de nazarenos malagueños.

Una vez, en una entrevista, le preguntaron cuántos metros de tela podía haber usado a lo largo de su vida profesional como sastre. Con humor reconoció que no lo sabía exactamente, aunque suponía que si se pusieran en fila todas las túnicas, formarían un cuerpo de nazarenos que cubriría el recorrido entre Nerja y Estepona. De ellas, además, destacó la túnica que realizó para una nazarena de la Macarena, que fue de las primeras que vistió una mujer y cuya factura fue alabada en Sevilla.

Pero esa fue sólo una de las facetas de este malagueño, que entregó su vida a la Semana Santa, pero también a mejorar el barrio de la Trinidad. Fue durante años un destacado líder vecinal que trabajó con denuedo para salvar el barrio y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Con entrega y generosidad, lo que ha quedado de bueno de la Trinidad se debe en gran parte a su trabajo sin condiciones.

La pérdida de Emilio Bautista representa una merma en el acervo de Málaga y de uno de sus vecinos que fue capaz de dejar su impronta en la ciudad, con su trabajo constante, su entrega y generosidad.