­El hermano mayor del Descendimiento, Antonio Ramos, aseguró ayer que, ante un posible cambio de recorrido, hay que ir con pies de plomo. «Tenemos que evaluar los beneficios y los perjuicios y ver cómo se amolda cada cofradía al recorrido». «Este lleva muchos años y ha estado bien», concluyó.

Así, que su postura no es ni a favor ni en contra. Por eso le parece acertado, aunque le ha sorprendido, «empezar con tiempo suficiente» a estudiar estas propuestas. «Normalmente esto no ha pasado», dijo, refiriéndose a que las reuniones sobre los itinerarios y horarios suelen iniciarse más tarde. «Vamos a ver qué se nos propone y qué deciden las cofradías, con sus problemas e inconvenientes», aseveró.

Otros hermanos mayores explicaron que hay que empezar ya porque si se va a cambiar el recorrido oficial hay que cuadrar muchas cosas: cuántos metros habrá que desfilar, analizar las alternativas de idas y vueltas, las crucetas musicales. Uno de ellos reseñó: «Si el año que viene tenemos el metro en la Alameda, tendremos que cambiar», y se mostró partidario de, incluso, renunciar a una parte de la subvención si el recorrido «es más bonito», aunque hay otras corporaciones que lo pasarían mal si ello ocurriera.