Nervios, ilusión, responsabilidad y sentido cofrade. Santiago Souvirón es una mezcla de todo eso en los días previos al pregón de Semana Santa. De sus palabras saldrá el mensaje que marcará este año y la juventud jugará un papel clave.

¿Cómo está viviendo estos días previos al pregón?

Se mezclan muchos sentimientos. Por un lado el cariño, el apoyo y los ánimos que recibo de muchos cofrades, pero también con el nerviosismo normal porque se acerca la fecha del pregón. Estos días previos además han sido especialmente intensos por la pérdida de un familiar muy querido y que ha tenido mucho que ver con mis recuerdos y mi infancia, lo que le confiere una especial dureza en estos días, pero que espero que derive el sábado en que este tío mío esté cerca del Señor y desde allí me ayude y apoye.

Sin ánimo de adelantar nada, ¿cuál es la idea que quiere plasmar en su pregón?

Cuando conocí mi designación me puse unas premisas para plasmar en el texto y que he cumplido. El pregón tiene un factor sorpresa importante que tendrá que desvelarse el día 17 y que aumenta la magia que rodea al pregón. Pero es verdad que he querido hacer algo de continente clásico y contenido fresco y moderno, desarrollando un texto que sirva a los cofrades para acercarse a la Semana Santa que va a empezar.

¿Pesa mucho el apellido Souvirón?

Hacia afuera es algo anecdótico en la historia del pregón, pero a nivel interno y familiar genera cierta presión, porque en la propia familia se comenta si habrá diferencias o será mejor que otros. De cara al exterior juega un papel más anecdótico, no es una presión añadida, pero sí un motivo de orgullo familiar.

Tiene 37 años y es una edad muy joven para un pregonero. ¿Qué puede suponer para el pregón?

Es una oportunidad para rejuvenecer el pregón, para que la juventud tan preparada y pujante que hay en las cofradías se reconozca con la persona que pone voz a la Semana Santa. Siento que mi nombramiento puede ser un estímulo para los más jovenes y una oportunidad de conseguir un mejor equilibrio entre juventud y experiencia, que lo están teniendo ya en muchos aspectos, como en la gestión de las cofradías o en las artes cofrades. Es un buen momento para que el pregón de la Semana Santa tenga una voz con la que los jóvenes se identifiquen.

¿Cuentan las cofradías con los jóvenes?

Es verdad que algunas cofradías no han terminado de abrir las puertas a la gente joven. Vivimos en una sociedad globalizada y con más acceso a la información, por lo que los jóvenes están más preparados y no se tienen que dedicar sólo a limpiar los enseres. Hay que escucharlos. Eso no significa que lo que digan los jóvenes tenga que ir a misa. Hay que buscar el equilibrio y tener en cuenta su opinión. No podemos dejar de escuchar a los jóvenes o cerrarles las puertas, porque son gente muy preparada y van a tener un papel fundamental en el futuro de las cofradías.

¿Cómo serán las cofradías del futuro?

Los jóvenes de ahora llegan con la mente más abierta. Ya no hay que mirar a ningún sitio para saber que las circustancias que rodean la Semana Santa se pueden adaptar a nuestra forma de vivirla. Las generaciones del siglo XXI no tienen reminiscencia del pasado y no temen crecer. No obstante, el reto más importante para el futuro de las cofradías es potenciar el culto interno con la formación. Se ha crecido mucho en el culto externo y la estética, pero queda por impulsar el acercamiento del día a día de los hermanos. Seguimos una evolución tremenda, pero esa es una asignatura pendiente de potenciar.

¿Cómo puede afectar el laicismo al futuro cofrade?

Los cofrades tienen la obligación, y este pregonero lo recoge en su texto, de recordar el tronco en el que nos apoyamos y las raíces de la Semana Santa es Dios hecho hombre y su Madre y el por qué de la Pasión. Cuando perdemos esa perspectiva , todo pierde sentido. El resto es un complemento perfecto, siempre que nuestras raíces estén bien asentadas. Si abandonamos el sentido religioso, nos arriesgamos a perderlo todo.