La archicofradía de la Sangre tiene dos estrenos muy significativos por el valor simbólico de las piezas. Por un lado, el Miércoles Santo el Cristo de la Sangre saldrá en procesión con una nueva corona de espinas, obra de Juan Vega, mientras que Longinos llevará una réplica de la lanza de Viena, considerada la original que utilizó el romano para clavársela en el costado a Jesús.

La lanza que portará Longinos, del grupo escultórico de la Sangre, ha sido donada y ejecutada por un hermano de la archicofradía, recreando la lanza que tradicionalmente se considera la utilizada por Longinos. En ella aparece la representación de un clavo de Cristo, una gubia y la inscripción en latín «Lancea et Clavus Domini», que significa «La Lanza y el Clavo del Señor».

El otro gran estreno del Miércoles Santo es la corona de espinas del Cristo de la Sangre, que se le ceñirá a la imagen para la salida procesional. Esta pieza ha sido encargada y donada por un grupo de hermanos de la archicofradía y aprobada para su estreno por la junta de gobierno de la hermandad el pasado 13 de marzo.

La pieza se encuentra realizada en madera de cedro real, y tallada exprofeso para la imagen del Cristo de Sangre, es por ello que el trabajo ejecutado «ha sido arduo y laborioso», según relata el propio escultor.

El principal propósito era dotar a la imagen de una corona de espinas que se adaptara perfectamente a la cabeza del Cristo, para ello se tomaron medidas, incluso se hizo una plantilla en cartón que sirviera de patrón para ensamblar las maderas a modo de aureola y que pudiera ser fácilmente adaptable a la imagen.

El material utilizado es la madera de cedro que se encuentra gubiada y tallada de forma totalmente artesanal. Por último se ha policromado a base de pinturas acrílicas en una gama cromática de «tierras sombras tostadas» para que no desentone con el tono del cabello del Cristo.