Un grupo de abonados de las sillas de Semana Santa de Málaga, alarmados ante los cambios que ha introducido el nuevo recorrido oficial procesional que entrará en funcionamiento en 2019 y por el traslado de sus respectivas ubicaciones, ha iniciado una petición en Change.org para criticar a la Agrupación de Cofradías por lo que consideran una discriminación que debe parar. Hasta ahora, se han unido 250 firmas.

La petición está dirigida a Leopoldo Guerrero, presidente de la Comisión de Sillas y Tribunas. "Somos una familia malagueña en el sentido más amplio de esta palabra. Nos encanta todo de esta bendita ciudad y desde nuestra infancia nuestros padres han sabido inculcarnos el amor y el respeto por esta ciudad y todas sus tradiciones y fiestas", explican, y consideran que la Semana Santa se va a ver "empeñada" por la actuación de la entidad de San Julián, ya que sus actuales responsables, según dicen, "amparándose en criterios de seguridad, han suprimido parte de las sillas de distintos sectores, además de suprimir filas en calle Larios. También han suprimido tribunas bajo el argumento de dar visibilidad, consideración que no tuvieron cuando las instalaron, pero que ha ocasionado un perjuicio a los abonados que allí se encontraban desde hace años".

Creen que no se ha respetado el orden de filas preexistente, no se ha escuchado a los abonados, no se ha respetado la antigüedad ni los grupos familiares que tuvieran distintos titulares y que no se ha dado al procedimiento la publicidad suficiente, "ni tiempo al consumidor para poder informarse y presentar las correspondientes alegaciones". No se han dado, explican, distintas alternativas ni soluciones como compensaciones por el traslado de su ubicación original, "además han subido el precio de todos los abonos de forma notable y unilateral".

También critican que se haya delegado esta obligación en una empresa ajena. "La Agrupación de Cofradías se escuda en los planes de seguridad de Protección Civil, tema indiscutible porque prima el bienestar general, además de en las obras del metro, para en lugar de hacer un problema global de todos los abonados consumidores, discrimina dependiendo del lugar donde tenían sus sillas", declaran.