Desde primera hora de la mañana en el barrio de Cruz del Humilladero todas las miradas se dirigían hacia el cielo. Los pronósticos no eran favorables pero fieles a la advocación de su virgen, los vecinos no perdían la esperanza en que el día fuera a mejor. Por desgracia, no fue así.

A las 19.00 horas, el público se aglomeraba frente a las escaleras desde dónde cada domingo previo al de Ramos comienza la Semana Santa. Aunque caían algunas gotas, los vecinos esperaban la salida de los titulares que este año verían las calles en el horario de tarde y no en el de mañana como venían haciendo desde hace varios años.

Sin embargo, ante la amenaza de lluvia, la hermandad decidió realizar el traslado por el recorrido más corto. Algunos de los pequeños que con entusiasmo deseaban acompañar a sus titulares rompían a llorar y sus padres los consolaban diciéndoles que el día grande aún estaba por llegar.

Tras la misa de hermanos que tuvo lugar a las 18.00 horas, la cruz parroquial que abría el cortejo bajó las escaleras de la Parroquia de San Vicente de Paúl, sede canónica de la hermandad. El Señor de Humildad y Paciencia cruzaba el dintel de la puerta recibido por un fuerte aplauso. Sin esperar la salida de la Virgen, la imagen fue rápidamente entronizada en unas andas exornadas con claveles. Los portadores levantaron las andas y siguiendo las instrucciones del capataz, giraron hacia calle Pedro de Paz en dirección a su casa de hermandad en la plazuela Virgen de Dolores y Esperanza. La Virgen lo hizo después.

Por primera vez, los titulares fueron trasladados en andas separadas —que fueron cedidas por las hermandades de Nueva Esperanza y Viñeros— y no juntos en un mismo trono como siempre lo habían hecho.

En apenas veinte minutos, los titulares llegaron a la plaza que lleva el nombre de la dolorosa. Una vez allí, fueron recibidos entre aplausos y el silencio por el que había estado marcado este traslado fue roto por la Banda de Música Cruz del Humilladero que interpretó la marcha 'Amarguras' en el año que se cumple el centenario de su composición.

Como viene siendo habitual para esta ocasión, la Virgen se presentaba a los devotos con atuendo carmelita, aunque este año con más sentido pues el pasado mes de noviembre la Hermandad recibió desde Roma el certificado que los unía a la Orden de los Hermanos Descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.