La procesión de la hermandad de Medinaceli mostró que todavía le queda mucho que mejorar, pero también que hay ganas de hacer las cosas bien. Cuando pidió la agrupación se puso de manifiesto que la hermandad no estaba preparada. Había un cortejo de nazarenos caótico, los tronos con carencias y cierto descontrol en los proyectos pendientes. Todavía le queda mucho a esta cofradía, pero hay que reconocer que en la calle empiezan a dar otra imagen. Las filas de nazarenos iban con orden, los tronos bien llevados, marcando el paso e, incluso, siguiendo el ritmo de las marchas. Por ejemplo la llegada del trono de la Virgen de la Candelaria a la casa hermandad de la Pollinica se hizo con 'María Santísima del Amparo'. Se pudo ver pasos cortos, mecidas y mucho esmero en este tránsito.

La banda de La Pepa acompañaba a la Virgen y también sirvió para mostrar la evolución musical de la formación, que se aleja mucho de aquella banda de hace años. El Señor iba con la Agrupación Musical Los Remedios, de Estepona, con un repertorio que vino bien al trono, al darle un ritmo diferente y aportar más al conjunto.

Es cierto que la cofradía tiene carencias. El reparto de túnicas es mejorable, ya que se alternaban algunas muy largas con otras demasiado cortas. El trono de la Virgen está lejos de lo que debería ser y el del Señor, que siendo correcto y con cierta elegancia, no se acerca a lo que requiere una imagen como el Señor de Medinaceli, con una impronta dieciochesca muy importante.

Le queda mucho por recorrer a la cofradía de Medinaceli, pero con sus defectos y carencias, dejan la sensación de querer hacer las cosas bien, y eso es clave para construir un futuro agrupado.