"Cuando yo era como tú, a esta hora no se cabía", comenta un malagueño de unos 70 años a un veinteañero. A las 10 de la mañana de este domingo, el entorno de la Catedral recuerda al Domingo de Resurrección por la presencia discreta de público, que empieza a ocupar la calle Císter y el patio de los Naranjos.

Ni es jueves ni luce el sol, como asegura la tradición, por contra, Málaga celebra el Corpus Christi en domingo y pese a las nubes que poco a poco ocupan los cielos, se palpa la alegría de vivir del arranque del verano. Además, por segundo año consecutivo el Corpus se celebra en horario de mañana y parece que le sienta bien a esta fiesta, una de las más importantes del calendario litúrgico.

El alcalde, Francisco de la Torre, aguarda paciente el inicio de la procesión y algunos malagueños aprovechan para felicitarle por las elecciones. En la Catedral, ha finalizado la Misa Estacional, presidida por el obispo Jesús Catalá y a las 10.15 da comienzo la procesión.

En el cortejo procesional participa una representación de las cofradías de Pasión y de Gloria, las hermandades sacramentales, los arcirprestazgos de la ciudad, la Adoración Nocturna, la Hermandad de los Santos Patronos y la Congregación de los Santos Patronos.

El paso de los estandartes se enmarca con las copas de los naranjos y con el escudo del obispo fray Bernardo Manrique, en la entrada a los jardines del Sagrario. Fray Bernardo fue un obispo del siglo XVI, un siglo más tarde y también durante el XVIII, se pusieron de moda los niños cantores, los seis infantes o seises, que participan en la procesión de 2019 ataviados como infantes del Barroco, una tradición recuperada a partir de 2003 por la Escolanía de Santa María de la Victoria y el entonces deán, Francisco García Mota.

La Banda Municipal, la Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos y la Banda de Zamarrilla, tras la carroza, así como el coro de la Catedral y al coro diocesano acompañaron al Santísimo, que salió de la Catedral a los sones del himno de España.

En el recorrido, corto y muy similar al año pasado, salvo eliminación del paso por la calle Cañón, le aguardaban sendos altares de la Hermandad de la Sagrada Cena Sacramental y la Cofradía de Humildad y Paciencia, el primero de ellos en la escalinata de los jardines del Sagrario, en la calle Molina Lario con la imagen del Sagrado Titular del Señor de los Mártires. El segundo altar estaba instalado en la plaza de Spínola (junto a la del Siglo), con nuestra Señora de la Aurora, cotitular de la corporación de la Cruz del Humilladero, presidiendo el altar.

En la plaza de la Constitución aguardaba el altar que tradicionalmente monta la Agrupación de Cofradías, presidido por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que se venera en la Iglesia de Santiago. Se trató de un altar efímero que en 2016, con motivo de la celebración del Año de la Misericordia, se montó en el interior de la Iglesia de San Julián para el Resucitado. En la plaza se recordaron pasajes de la Última Cena de Jesús y se volvió a escuchar el himno de España. Fue un momento que reunió a un buen número de público, sobre todo a turistas, móviles en mano.

Un cuarto altar, a mitad de la calle Larios, fue el realizado por la Agrupación de Congregaciones y Hermandades de Gloria de Málaga, con la Patrona de Colmenar, la Virgen de la Candelaria, cuya hermandad participó en la procesión.

Nubes dominicales y por tanto un Corpus atípico, factores climáticos que no deslucieron el recorrido procesional.