La Virgen de Consolación y Lágrimas, titular de la archicofradía de la Sangre, regresa al culto este viernes a la iglesia de San Felipe Neri, su sede canónica, después de haber sido intervenida por Francisco Naranjo Beltrán, que ha logrado recuperar la policromía original de la imagen, lo que permitiría atribuirla al círculo de Antonio del Castillo, célebre escultor antequerano del siglo XVIIatribuirla al círculo de Antonio del Castillo, célebre escultor antequerano del siglo XVII y al que recientemente también se le ha asignado la autoría de la imagen de la Soledad de Mena.

Lo que en un primer momento era un proyecto que iba a limitarse a la limpieza de la imagen, según explica la hermana mayor de la Sangre, Laura Berrocal, con el inicio de los trabajos se convirtió en una propuesta que iba más allá. Naranjo había descubierto que la policromía primitiva de la imagen continuaba oculta tras la nueva realizada en la restauración que en 1972 llevó a cabo el malogrado Luis Álvarez Duarte, y que en su día provocó una gran controversia en el seno de la corporación.

"Esto me ha provocado siempre un gran respeto, tanto a mí como a muchos hermanos, dado que en la cofradía cualquier posible intervención sobre la Virgen era tratado como un tema tabú", indica. Por este motivo, y tras aprobarlo la junta de gobierno, se sometió este nuevo planteamiento al cabildo, que aprobó recuperar la policromía, que finalmente se mantenía en el 85% del rostro. De este modo, se podría abribuir a Antonio del Castillo, para lo cual, a partir de ahora, según informó la hermana mayor, se iniciarán trabajos de investigación por parte de expertos en la materia para terminar de autentificar esta atribución.

Berrocal está convencida de que la Virgen será muy bien recibida por los hermanos de la Sangre y todos los devotos, a pesar de que podrán apreciar cambios. "En esencia, sigue siendo Consolación", destaca la hermana mayor, que describe cómo la tez es más clara y las cejas también recuperan su color original. "Lo que no hemos querido tocar son los ojos. Simplemente se le han mejorado y se le han puesto nuevas pestañas. Si la cofradía en el futuro quiere actuar en ese sentido, que lo haga", señala.

Seguramente en los ojos se encuentra la principal polémica en torno a la restauración realizada por Álvarez Duarte, quien para muchos, transformó la imagen.

Naranjo también ha realizado un nuevo juego de manos para la imagen.

"Ese respeto inicial se fue poco a poco transformando en una gran ilusión conforme visitábamos el taller y llevábamos a cabo el seguimiento de la restauración. Los miedos han ido pasando conforme el proceso avanzaba y estamos muy contentos y creemos que será muy positivo. La Virgen está sublime", resume Laura Berrocal.

La archicofradía ha hecho públicas unas fotografías de la imagen ya restaurada en las que aparece arreglada como las conocidas instantáneas de los años 20 para que los devotos puedan apreciar cómo esta última intervención devuelve a la imagen parte de la fisonomía perdida, aunque sin llegar a recuperar la originaria.