Los hermanos de la cofradía del Amor han aprobado esta noche en cabildo el nuevo diseño del trono para el Cristo, que ha sido diseñado por Fernando Prini Betés en un estilo rococó y que se realizará en madera tallada y sobredorada. El largo del trono será de 3,90 metros, sin contar los varales, mientras que el ancho rondará los 2.80 metros.

La herrmana mayor del Amor, Cari Ledesma, se mostró muy contenta por el apoyo recibido por los hermanos a este proyecto, del que resalta que ha despertado mucha ilusión dentro de la cofradía y que será ejecutado por la nueva junta de gobierno, que saldrá de las urnas este año.

Ledesma señaló que el objetivo de la cofradía es estrenar el trono en torno al centenario de la hermandad, que se celebra en el año 2023. No obstante, recordó que el primer paso será pedir presupuesto a un par de artesanos antes de decidir a quién se le encarga la ejecución. En este sentido apuntó que se intentará hacer "todo en Málaga en la medida que se pueda" y siempre acudiendo a artistas de la máxima calidad.

El trono destaca por buscar un estilo coetáneo con Fernando Ortiz, imaginero del siglo XVIII al que se le atribuyen las imágenes del Cristo del Amor y la Dolorosa que lleva a sus pies. Para ello, Fernando Prini ha buscado línes curvas, con entrantes y salientes y decoración de rocalla, centradas en símil de mármol de ágata de Mijas. Sobre el mismo se asienta el cajillo del trono, de geometría rectangular, pero configurado a base de curvas y contracurvas que dejan espacios donde intercala los elementos de iluminación del conjunto.

Dos bandas de molduras superior e inferior limitan planos rectos que soportan sendos relieves calados, con decoración vegetal y de rocalla, intercalados por pilastras. En los cuatro ejes centrales de los paños aparecen sendas capillas, que acogen altorrelieves en madera estucada en blanco con acabado marmóreo. Sobre el cajillo se apoya un segundo cuerpo del trono, retranqueado, que sigue esa traza.

En las esquinas del cajillo se sitúan cuatro arbotantes que son los elementos más novedosos y llamativos del conjunto. Partirán de la propia superficie del plinto, y no de la mesa, como tiende a ser lo habitual, siendo además los dos de atrás de una altura notoriamente superior a los delanteros, enfatizando aún más la disposición de las figuras del conjunto. Son arbotantes de tipo "perchero", los brazos parten de un fuste central y se disponen simétricamente, compuestos de nueve brazos, distribuidos en dos grupos de cuatro brazos a dos alturas y uno central. Las tulipas son de cristal color ámbar y con los cantos rizados. En los laterales aparecen a su vez dos faroles, igualmente partiendo de la superficie del plinto, a juego con los arbotantes.

Ambas Imágenes estarán sustentadas por una peana que se elevaría sobre el monte de flores, apareciendo cuatro querubines dolientes en las esquinas.

La iconografía propuesta se ubica en los cuatro altorrelieves de las capillas, a realizar en madera estucada en blanco. Los cuatro motivos elegidos pretenden simbolizar el Amor de Cristo a sus hijos: el Buen Samaritano, la boda de Tobías, el juicio de Salomón y el convite del fariseo.

Una de las novedades del proyecto reside en el proponer que las Sagradas Imágenes recuperen ciertos atributos que dejaron de portar: para la Santísima Virgen de los Dolores, una ráfaga y puñal de orfebrería, y para el Crucificado la corona de espinas metálica y las tres potencias; estos elementos que representan la divinidad y santidad de los iconos representados.

Además, se propone la realización de una nueva cruz procesional, de sección rectangular y plana, muy acorde a las características estilísticas de las imágenes. Estaría realizada en madera, con terminación imitando ébano, hueso y carey y con remates y cantos rodados. El INRI contempla el mantener, a modo de cierto romanticismo, las dos golondrinas que lleva actualmente.