La Pascua es inamovible. El triduo previo, también lo es. Aunque la crisis del coronavirus que azota a medio mundo de forma global impida su celebración habitual. Habrá que conmemorar la Pasión y Muerte de Cristo sin fieles en los templos. También su Resurrección. Cuando toca, toca. Sin embargo, el Vaticano abre la puerta a que las procesiones de Semana Santa puedan celebrarse en septiembre, y lo deja a criterio del obispo de cada diócesis.

En un comunicado emitido este viernes por la Congregación para el Culto Divino, Roma permitiría que los desfiles procesionales aplazarse, y no suspenderse, como se había acordado hasta ahora. Y pone fecha: el mes de septiembre, los días 14 o 15, pone como ejemplos. "Las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del obispo diocesano, podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo, el 14 y 15 de septiembre", señala el comunicado.

El obispo, Jesús Catalá, tendría en su mano, según este documento, la posibilidad de que las procesiones de este año pudieran celebrarse, aunque en una fecha extraordinaria. Podría servir, igualmente, para poder reactivar la economía local, que tan perjudicada va a quedar cuando concluya el Estado de Alarma impuesto para evitar los contagios masivos de covid-19.