Hoy, 16 de julio, es un día de la Virgen del Carmen distinto, muy diferente en cuanto a eventos y actos, porque no van a producirse las tradicionales procesiones en los diversos pueblos marineros o barrios vinculados al mar que pueblan toda la geografía del litoral malagueño. En la ciudad, en zonas como El Perchel, Huelin, Pedregalejo o El Palo también se vive con gran intensidad esta festividad, pero este año la pandemia del coronavirus, el confinamiento de más de tres meses, la desescalada y el ambiente existente por el miedo a un hipotético contagio de la Covid-19 han hecho que la celebración se haga de forma diferente y se centre, más que en el desfile procesional, en la devoción íntima y personal de muchos fieles.

Así, decenas de personas, mujeres y hombres de todas las edades, han acudido hoy a visitar a la Virgen del Carmen de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, en la calle Goya, en el entorno de la barriada de Huelin. Esta imagen ha sido trasladada hasta el atrio de acceso de la iglesia, al lado de la vía pública, para que los fieles pudieran contemplarla, rogarle y orar y así ha discurrido la mañana, ya que este templo se encuentra en plena zona de paso de vecinos y residentes que van a vienen de comprar o se dirigen a la cercana playa, por lo que bastantes devotos se han pasado para estar un rato en compañía de la Virgen, aprovechar para encender alguna de sus velas y charlar, claro, con los vecinos.

A media mañana, decenas de vecinos habían pasado ya para visitar a la Virgen del Carmen y compartir con ella un rato de oración o plegaria, realizar ofrendas florales y acompañarla en su día.

Lo mismo ocurría en la capilla de calle Garcerán, también en Huelin, donde decenas de personas se acercaron para compartir un rato de su mañana con la imagen. Era curioso ver a muchos devotos con bolsas de la compra o atuendo veraniego rezando o contemplando con intensa devoción a estas imágenes.