Magna de Málaga

La luz de Consolación y Lágrimas

La Virgen de la archicofradía de la Sangre inicia su estación de penitencia con la complicada maniobra de salida de siempre

Salida de la Sangre

José A. Sau

José Antonio Sau

José Antonio Sau

Dos Aceras. Tres menos veinte de la tarde. Jesús de la Pollinica acaba de salir camino del recorrido oficial. Y, como si fuera la tarde noche de un Miércoles Santo, la Virgen de Consolación y Lágrimas se hace a la calle en la siempre complicada maniobra en escorzo para embocar Dos Aceras y Carretería. Y lo hace con luz, porque siempre inicia su recorrido ya vencido el día. En esta ocasión, la dolorosa luce imponente y con algunos rayos de sol que consiguen traspasar el valladar de nubes que envuelve hoy el cielo de la ciudad. Si ya irradia luminosidad esta dolorosa, hoy ha brillado aún más. Miles de personas en Dos Aceras, Carretería y plaza del Teatro para verla, aplausos rotos y algún llanto. Hay ganas de Semana Santa y se nota

La maniobra de salida se ha completado, como siempre, gracias a la pericia de sus hombres de trono. Hay que ser mayordomo o capataz experimentado para gobernar semejante nave. La Policía Local ha dispuesto vallas para facilitar la maniobra. La Virgen luce, además, esplendorosa en esta magna del centenario después de ser sometida a una profunda restauración a cargo de Naranjo Beltrán en 2020. Recupera, así, su policromía original, anterior a la intervención de Álvarez Duarte a principios de los setenta.

El exorno floral, en varios tonos blancos, innova en relación a la Semana Santa y también se dispone en forma de media luna la candelería. Asimismo, Mena ha cedido sus ánforas y Fusionadas, unos ángeles ceroferarios. Especial ha sido, antes de echarse a la calle el cortejo, el paso de Pollinica frente a la casa hermandad de la Sangre. La emoción ha vuelto a desbordarse con aplausos. El cielo parecía abrirse por momentos acabando con los negros presagios de lluvia.

El cortejo abre con la cruz guía y los correspondientes faroles. En Dos Aceras no cabe un alfiler a la hora de la salida. Se abren las puertas y hay aplausos. La Virgen de Consolación y Lágrimas va acompañada por la banda de música de La Paz, que para la salida ha interpretado ‘Stabat Mater’, tras el correspondiente Himno Nacional para que el cortejo, que no la dolorosa, pisara la calle. 

Antes de la salida, vivas al Cristo de la Sangre y a la Virgen de Consolación y Lágrimas. La emoción, como si fuera Miércoles Santo, se ha desbordado.