Entrevista | Javier González de Lara Pregonero de la Semana Santa de Málaga de 2022

"Mi pregón será más de fondo que de forma, de mensajes que espero puedan ser útiles"

Tras dos largos y complicados años de espera, Javier González de Lara ofrecerá un pregón atemporal, pero tan dinámico y vivo que lo ha ido actualizando permanentemente durante todo este tiempo para adaptarlo al contexto social, a las incógnitas que aún mantiene abiertas la pandemia y la guerra en Ucrania

Javier González de Lara, ante la fachada principal del Cervantes, donde pronunciará este sábado su pregón de la Semana Santa de Málaga 2022.

Javier González de Lara, ante la fachada principal del Cervantes, donde pronunciará este sábado su pregón de la Semana Santa de Málaga 2022. / Álex Zea

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Málaga

Presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), recién elegido presidente de los empresarios andaluces (CEA), vicepresidente de la CEOE... El extenso currículum de Javier González de Lara quedará sin embargo al margen de cualquier otra consideración que no sea únicamente la de cofrade cuando este sábado se suba a las tablas del Teatro Cervantes para pregonar, por fin, la Semana Santa de Málaga. Mucho han cambiado las cosas desde que aceptara su nombramiento hace dos años. Ni siquiera él es el mismo, según admite. En todo este tiempo, sin perder la ilusión, también ha habido tensión y, por momentos, angustia y desconsuelo, ante la incertidumbre que la pandemia provocaba también en las hermandades. Confiesa que quiere cumplir ya con su misión y cerrar el ciclo. Y admite que, dentro de los cánones clásicos del género, no será un pregón al uso, debido al contexto distinto que le ha tocado vivir a la sociedad.

¿Cómo ha vivido el pregonero esta larga espera de dos años para dar el pregón?

Con mucha ilusión pero a la vez con enorme incertidumbre. Han sido unos tiempos muy complicados, donde tenía que asumir la responsabilidad de honrar la designación de ser pregonero pero, a la vez, vivir tiempos de enormes incógnitas en el que el pregón se adentraba en un letargo desconocido y, en ocasiones, hasta angustioso.

¿Le ha dado tiempo de terminarlo?

El pregón es dinámico, siempre se le pueden incorporar cosas... pero ya está en imprenta. Otra cuestión es que sucedan cosas, tantas como las que pasan últimamente, que me vea en la necesidad de introducir cambios de aquí al sábado. Mi pregón es atemporal, porque la columna vertebral es la misma, pero está vivo.

¿Estos dos años de espera, pueden jugar en su contra?

Creo que no. Es verdad que tras tanta espera, hay mucha expectación. Mucha ilusión por el reencuentro. Por eso, el mío será el pregón del reencuentro. En contra sí que ha podido jugar la gestión personal de este tiempo, ya que, por momentos, el pregón se adentraba, como apuntaba antes, en un letargo muy difícil. Han pasado muchas cosas en los últimos tiempos y no somos los mismos. Somos diferentes. Todos somos distintos. Tenía páginas escritas que se han ido autodestruyendo y que han dado paso a nuevas realidades, algunas muy duras. Pienso que, a partir de ahora, la Málaga cofrade va a estar más preparada emocionalmente por todo lo que ha ocurrido. 

"Tenía páginas escritas que se han ido autodestruyendo y que han dado paso a nuevas realidades, algunas muy duras"

Precisamente me refiero a las expectativas generadas tras dos años sin pregón de la Semana Santa.

Voy a tener el honor de asumir la responsabilidad de algo distinto. Nunca he perdido la ilusión. Mi misión se ha hecho larga, es verdad. Han sido tres pregones escritos para tres momentos diferentes y eso forma parte también de la vivencia. La providencia te pone en circunstancias que no esperas y tienes que saberlo gestionar independientemente de las expectativas de los demás. Lo que quiero es cumplir con mis propias expectativas. Y que mi pregón también sea una manifestación de mi vivencia de fe.

Dice que la sociedad es diferente. ¿Somos mejores o peores?

Somos mucho mejores. Mejores cofrades y mejores cristianos. Hay que poner en valor esa función social que han hecho las hermandades. En definitiva, la sociedad ha evolucionado para descubrirse a sí misma y su propia condición humana a través de vivencias muy duras, pero también a través de experiencias de apoyo, comprensión, generosidad... Muchas cosas que nos han transformado. 

La crisis sanitaria ha retrasado dos años el pregón de Javier González de Lara.

La crisis sanitaria ha retrasado dos años el pregón de Javier González de Lara. / Álex Zea

¿Cómo cree que Málaga está viviendo esta Cuaresma?

Con muchas ganas. Hemos vivido una espera contenida... y ahora tenemos la ilusión de volver a recuperar sensaciones, emociones, tantas vivencias singulares... Va a ser una Semana Santa diferente pero especial por ese ansiado reencuentro. Ojalá tengamos una brillante Semana Santa, aunque se encuentre contextualizada en un tiempo de dificultad, de incertidumbre y de enorme preocupación, no solo por la pandemia, que no se ha marchado, sino también por la guerra en Ucrania. Me toca ser pregonero en un tiempo diferente. No será un pregón al uso, sino que será un pregón contextualizado en un momento distinto.

"Ojalá tengamos una brillante Semana Santa, aunque se encuentre contextualizada en un tiempo de dificultad, de incertidumbre y de enorme preocupación, no solo por la pandemia, que no se ha marchado, sino también por la guerra en Ucrania"

¿Qué cree que pasará el sábado del pregón? ¿Y qué espera que pase?

Voy a intentar anunciar una Semana Santa en la que todos se puedan sentir reconocidos de una manera o de otra. En muchos casos, la tenemos en la memoria y con ganas de recuperarla. Independientemente de que el pregón pueda gustar más o menos, que no deja de ser una cuestión subjetiva, y que lograr la unanimidad del auditorio es del todo imposible, voy a tratar de remover las conciencias y que todo el mundo valore lo que somos y lo que representamos y expresar ese orgullo de ser cofrade, no solo en Semana Santa, sino los 365 días del año.

¿Cómo concibe el pregón de la Semana Santa?

Es una oportunidad para intentar manifestar tu propio testimonio de fe y tus vivencias cofrades. Intentando, en todo momento, que esté pegado a este tiempo distinto. Una oportunidad para la reflexión, la introspección... Mi pregón será un pregón más de fondo que de forma. De mensajes que espero puedan ser útiles. No pretendo educar a nadie, sino más bien refrescar lo que significa y simboliza nuestra Semana Santa y ese enorme crisol de emociones, colores y recuerdos que atesora.

¿Qué misión asume como pregonero?

La misión de estar a la altura de las exigencias, después de tan larga espera en un tiempo de enorme incertidumbre. En estos años hemos sufrido muchos altibajos, muchas emociones contrapuestas. No sabíamos qué iba a suceder. Me encontré un 14 de marzo de 2020, tras llevar a imprenta el pregón, parándolo en máquina por el estado de alarma nacional. En 2021 no me nombraron pregonero formalmente, pero seguí a disposición de la Agrupación, porque podía haber sucedido cualquier cosa, lo mismo que hubo cartel, podía haber habido pregón. Esto hizo que me mantuviera en tensión Y ahora, en 2022, toca recuperar esa esperanza y esas ganas que nunca he perdido, en realidad, pero que te hacen procesar emocionalmente muchísimo sentimientos, sobre todo el del dolor que la sociedad ha vivido. Nos hemos adaptado a la pandemia, pero no se ha marchado. La ciencia ha avanzado, tenemos la vacuna pero también más de 100.000 víctimas en nuestro país. No es un año normal, por el coronavirus, pero tampoco lo es porque Europa no vivía una guerra así desde hace 70 años. 

¿Cómo cree que está afectando la pandemia a las cofradías?

Ha afectado, pero sobre todo en positivo. Hay quien puede ver un mensaje negativo en la falta de nazarenos que completen las filas o de hombres de trono bajo el varal. Pero no me quedaría en eso. Lo importante es lo que han hecho en este tiempo: las cofradías han estado a la altura de las circunstancias y siempre han estado junto a los desfavorecidos y los que sufren. Lo han vivido de manera muy coherente con la función por la cual existen: ser reflejo del amor de Cristo. Me quedo con el mensaje siempre positivo.

"En la pandemia, las cofradías han estado a la altura de las circunstancias y siempre han estado junto a los desfavorecidos y los que sufren. Han vivido este tiempo de manera muy coherente con la función por la cual existen: ser reflejo del amor de Cristo"

¿Ve en las cofradías una gestión empresarial? ¿Debería haberla?

La veo. Veo la Semana Santa como una gran empresa colectiva, sobre todo religiosa. De todos. Hay una multiplicación de esfuerzos y una puesta en escena desorbitantes de sensaciones y emociones. Otra cosa es la gestión privada, que deberá ser cada vez más profesional para ser más eficaz. La Semana Santa es admirable. Pocas celebraciones hay en el mundo con tanto orden, organización, sensibilización de de cómo cumplir rigurosamente con una ortodoxia, hasta con los horarios. Cuando se nos dice a los españoles que somos poco rigurosos e impuntuales, durante una semana nos mostramos con gran rigor y compromiso, tanto, que muy pocas celebraciones existen en Europa o el mundo capaces de igualarnos. Para mí es una gran y admirable empresa y además al aire libre, en esta maravillosa primavera.

¿Por qué el Monte Calvario?

Ha sido siempre la hermandad donde eché mis raíces. Siempre he sido del barrio de la Victoria, de Conde de Ureña. Conservo los recuerdos de mi infancia, cuando subíamos el Viernes Santo a venerar al Yacente en comitiva junto al padre Gámez aún cuando ni siquiera estaba reorganizada la antigua hermandad. En pantalón corto. Ese vía crucis de cada Viernes Santo creó un vínculo, como el que, en realidad, mantengo con todas las hermandades de la Victoria, con el Amor, con el Rocío... siempre tendré una especial sensibilidad con todas las de mi barrio. Con la Humildad, por supuesto también, pero su fundación ya coincidía con los años en los que ya era miembro de la junta de gobierno del Calvario. Esta cofradía forma parte de mi vida. Hay tantas razones, tantas emociones, tantas vivencias, tantos recuerdos...

¿Quiénes son referentes cofrades?

La realidad siempre de mis padres, de mi familia. Mis abuelos tuvieron un pasado complejo en el mundo cofrade desde la Guerra Civil, por vivir en el seno de una familia que siempre ha tenido ese vínculo con la fe y las hermandades. No tengo un referente particular concreto, pero sí el testimonio de tantísimos hermanos anónimos que durante años me he ido encontrando en el camino y que son los que me han forjado como cofrade y que están también en mi pregón, con sus testimonios humildes, su visión... La gente humilde, los cofrades de base, de verdad enseñan y educan. 

González de Lara quiere transmitir

González de Lara percibe un prometedor futuro en las cofradías malagueñas. / Álex Zea

¿Qué recursos va a utilizar en el pregón?

Será un pregón pregón. El pregón no deja de ser un género. Se pueden hacer muchas cosas, pero el uso de la palabra debe ser el elemento nuclear. Si no, sería otra cosa. Aunque se puedan emplear otros recursos audiovisuales, alguna performance, en todo caso han de estar supeditados a la palabra. Mi misión es anunciar como el heraldo con la palabra que por fin vamos a tener Semana Santa. Será un pregón ajustado a los cánones clásicos.

¿Qué va a decir usted a los cofrades aprovechando que estará en ese atril?

Que vivan la vida con fe, que estén próximos a sus sagradas imágenes pero también a los más desfavorecidos. Que lleven siempre consigo la luz del Evangelio. Nada más y nada menos. Seguro que otros muchos pregoneros que me han precedido lo habrán hecho con más intensidad y mejor que yo. Voy a añadir un punto personal a un mensaje que creo oportuno en este momento.

"El tiempo me falta, pero me siento orgulloso de formar parte de esta comunidad tan maravillosa de hombres y mujeres que siente que sus cofradías son una forma de trasladar la fe, que es el gran objetivo"

Con una agenda tan apretada y tantas ocupaciones, ¿qué tiempo le queda para ejercer de cofrade?

El Señor me ha puesto a prueba en este tiempo. Me siento cofrade y he sido capaz de vivir la experiencia de serlo con mayor autenticidad en estos dos años de larga espera y de tanta incertidumbre. Me he creído integrado en tantos cofrades que han estado volcados con la realidad social. El tiempo falta, pero me siento orgulloso de formar parte de esta comunidad tan maravillosa de hombres y mujeres que siente que sus cofradías son una forma de trasladar la fe, que es el gran objetivo. El tiempo se ajusta en base a prioridades. El pregón ha sido una larga prioridad, a veces con ilusión, otras con desconsuelos. Estoy deseando acabar la encomienda para cerrar un ciclo. Es positivo que todo lo que comience tenga que finalizar. Han sido dos años de larga espera y muy pocos lo pueden comprender. Pregoneros de años normales se llevan las manos a la cabeza por la tensión y la presión que saben que he tenido que aguantar... Ocurre en años normales, pero, ¿qué no ha sucedido en estos dos años? En ese contexto, el pregón será diferente, de ahí que intentaré hacer otro tipo de reflexiones y, lógicamente, pido la comprensión de los cofrades. Todo lo que quiero manifestar lo haré con la mejor de mis intenciones.

"El pregón ha sido una larga prioridad, a veces con ilusión, otras con desconsuelos. Estoy deseando acabar la encomienda para cerrar un ciclo"

¿Hacia donde cree que se dirige la Semana Santa?

El futuro es prometedor, un tiempo para seguir forjando nuevos valores, nuevos jóvenes que se vayan incorporando en las comitivas de nuestras hermandades y que vayan asumiendo el rol que les toque en el gobierno de cada corporación. Las cofradías, ante todo, somos comunidades cristianas. Hay que sentir, vivir la pasión por tus imágenes pero ser conscientes de que somos una colectividad. Tengo mucha esperanza en nuestro futuro y en la maravillosa gestión que se hace en general. Los que hemos vivido la Semana Santa y tenemos algunos años hemos sido testigos de una transformación brutal en los últimos años. A los jóvenes que tanto critican la Semana Santa les falta perspectiva: no saben de dónde venimos. Las diferencias entre la Semana Santa de los 70 y 80 con la actual son espectaculares. En este caso, no es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ahora se vive un tiempo de brillantez y de obligación de dar testimonio. No solo se trata de sacar a un sagrado titular un día. Esto es más serio. Tenemos que pensar que ser cofrades es todo el año. Y cada uno con la función que le corresponda, visible o invisiblemente. La labor que se hace durante todo un año nos destaca y distingue. 

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