Semana Santa 2022

Un intenso Viernes de Dolores prepara el camino a la Semana Santa

Cuatro procesiones y seis traslados completan una jornada que arrancó con Mediadora recorriendo Las Delicias y con la primera procesión por el Centro, de la mano de Medinaceli

Álvaro Cano y Ana Barranco

El Viernes de Dolores es un día clave de las vísperas de la Semana Santa de Málaga. Los traslados se van completando, con seis esta jornada, además de cuatro claustrales, mientras que cuatro cofradías no agrupadas pusieron sus cortejos en la calle. Algunas con gran tradición e historia, como las cofradías del Puerto de la Torre y Churriana, mientras que otros siguen buscando crecer para asentarse como referencias en el panorama cofrade malagueño, como son Medinaceli, en el Arroyo de los Ángeles, y la Encarnación, en el barrio de Dos Hermanas.

Mediadora

Desde su llegada al barrio hace 25 años, Las Delicias siempre se ha volcado con su Virgen Mediadora de la Salvación. Por eso, cada Viernes de Dolores, jornada en la que la dolorosa procesionaba antes de su ingreso en la Agrupación de Cofradías de Málaga, los vecinos se congregan en torno a la parroquia de Santa María de la Encarnación para asistir al traslado de la hermandad.

A las 17.15 horas se abren las puertas de la parroquia y el cortejo comienza su camino a los sones de ‘Nazareno del Paso’ interpretada por la Banda de Música del Maestro Eloy García de la archicofradía de la Expiración. Entre nubes de incienso y con el viento meciendo su túnica de brocado, sale el Redentor del Mundo recibido por los aplausos de su gente. La Virgen Mediadora lo hace tras Él a los sones del Himno Nacional enlazado con la marcha que lleva el nombre de la dolorosa.

Tras cruzar la Avenida de Sor Teresa Prat, el cortejo se adentra por los callejones de las Delicias, Girón y Huelin. Este año con una visita especial a la capilla de la Virgen del Carmen de Huelin para conmemorar el 25 aniversario de la llegada de Nuestra Señora Mediadora de la Salvación.  

Traslado de Dos Hermanas

Álvaro Cano

Despojado y Encarnación en Dos Hermanas

La asociación de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Encarnación es la encargada de dar el pistoletazo de salida para las hermandades de víspera en la zona oeste de la ciudad.

Los nazarenos de túnica blanca y capirotes burdeos ponen el toque de color a las calles con sabor añejo del barrio de Dos Hermanas. Este año además, el cortejo incorpora dalmáticas delante de ambos tronos, estrenando las túnicas así como los ciriales, incensarios, navetas y pértigas.

Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, que es portado por mujeres de trono, avanza a los sones de la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir. Viste túnica de terciopelo burdeos y es escoltado por cuatro ángeles que tocan instrumentos a sus pies.

La Santísima Virgen de la Encarnación avanza alegre al ritmo de las marchas que interpreta la Banda Escuela de la Cofradía del Rocío. En esta ocasión luce saya bordada en terciopelo azul y manto burdeos.

Traslado de Medinaceli

Traslado de Medinaceli / Álex Zea

Medinaceli

Desde la parroquia de Santo Tomás de Aquino llegó la cofradía de Medinaceli, que lleva años visitando el Centro y convirtiéndose en el primer cortejo con nazarenos en atravesar sus calles. Sigue buscando un hueco esta hermandad, que ha puesto más orden en sus filas nazarenas que antes de la pandemia. Ahora está inmersa en el nuevo trono del Señor, que ha procesionado este Viernes de Dolores con la carpintería terminada. Desnudo y sin apenas lijar. Algunos tornillos se veían a los pies de la imagen, lo que desluce la presentación de esta talla. Pequeños detalles que irán puliendo con el tiempo. No deja de ser encomiable el esfuerzo por mejorar, aunque a veces se esos pequeños detalles ensombrezcan ese trabajo.

El trono del Señor estuvo acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Mar, de Huercal (Almería), que pasó interpretando 'Marineros de tu fe' en una llena plaza de Uncibay. La Virgen de la Candelaria entró en esa misma plaza gustándose, marcando el paso y las mecidas al ritmo de la marcha 'Rosario de Monte Sión' interpretada por la banda de La Pepa.

Traslado de Viñeros

Traslado de Viñeros / Eduardo Nieto

Viñeros

En apenas media hora, la cofradía de Viñeros realiza su traslado desde la Iglesia de la Catalinas hasta su casa de hermandad. En una muestra de buen gusto y solemnidad, el Nazareno y Nuestra Señora del Traspaso y Soledad cruzan la calle Carretería en andas individuales.

Un nutrido número de hermanos forman el cortejo iluminando el recorrido con velas burdeos. Los hombres de la corporación son los encargados de portar las andas del Nazareno y la Virgen es llevada por mujeres.

El Señor luce una de sus túnicas recientemente estrenadas, de terciopelo color tinto con racimos de uvas bordados, y la Virgen continua ataviada a la usanza hebrea con saya burdeos y manto azul.

El coro de voces de Viñeros aporta el toque musical al acto con la interpretación de varias obras litúrgicas como el ‘Anima Christi’ o la ‘Salve Regina’, que interpretan ante los titulares una vez resguardados en la casa de hermandad.

Traslado de la Virgen del Monte Calvario.

Traslado de la Virgen del Monte Calvario. / M. F.

Monte Calvario

La Virgen del Monte Calvario bajó desde su ermita en un sencillo traslado que ya es una cita para el barrio de la Victoria. Son muchos los que acompañan a este sencillo, pero cuidado, cortejo en su bajada a la Basílica de la Victoria. La Virgen lucía elegante, como siempre, de la mano de su vestidor Guillermo Briales. Su saya rosa y su manto de capilla burdeos realzaban el dulce rostro de esta dolorosa, llevada en unas andas por jóvenes de la hermandad. Era llamativo el monte de corcho a sus pies, con rosas de color rosa y otras flores moradas completando el exorno.

Entronización del Cristo del Perdón

Ignacio A. Castillo

La intensidad del Viernes de Dolores, también dentro de los templos

El Viernes de Dolores también se vive con intensidad en el interior de los templos. En ellos, donde las imágenes han estado expuestas en veneración durante toda la jornada, también se han celebrado traslados claustrales y entronizaciones que desafían a la ley de la gravedad. En Santo Domingo, por ejemplo, epicentro de la devoción a la Virgen de los Dolores, la del Puente, en este caso, ya entronizada y dispuesta en el altar mayor de la parroquia, se ha celebrado tras la misa correspondiente al último día del septenario, la del Crucificado del Perdón.

El acto, presidido por el párroco, Antonio Jesús Carrasco, se ha desarrollado prácticamente en tinieblas, con la sola luz de los cirios que portaban los integrantes del cortejo y que ocupaban la la nave central del templo, y los que iluminaban a la Virgen de los Dolores en su trono, con diligencia y rapidez, avanzaba el Cristo a hombros de sus cofrades mientras la capilla musical interpretaba la Plegaria al Cristo del Perdón. La iglesia estaba abarrotada de fieles que mantenían un silencio escrupuloso. 

La sobria comitiva de hermanos dejaba paso al portentoso crucificado de Suso de Marcos, que ganaba los metros que le separaban de su trono, situado bajo el coro dominico, hasta situarse en la parte trasera. Ya aguardaban los dos ladrones, San Juan Evangelista y la Virgen de la Encarnación. Con la seguridad de quienes llevan años practicando la misma maniobra, el Señor era exaltado, ganando en diagonal la verticalidad de la cruz sobre el trono. 

Entronización del Cristo de la Esperanza en Su Gran Amor, de la hermandad de la Salud, en San Pablo

Entronización del Cristo de la Esperanza en Su Gran Amor, de la hermandad de la Salud, en San Pablo / I. A. Castillo

En San Pablo, el Cristo de la Esperanza en Su Gran Amor ha permanecido también expuesto en veneración ante la antigua capilla sacramental y que desde hace un año sirve prácticamente para todo en la parroquia. A la hora convenida, comenzaba el acto litúrgico. Muy sencillo, en todo caso, con la participación de la capilla musical de la Banda de la Paz, que el Domingo de Ramos acompaña a la Virgen de la Salud. 

Tras la monición de entrada y la lectura del Himno de las Vísperas, comenzaba la procesión claustral con el Crucificado a hombros. Su trono se situaba en el bajo coro del templo. Las preces se combinaban con las notas musicales hasta llegar al pie del trono y sus cofrades, ayudados por cuerdas, alzaron la portentosa figura de Luis que no perdió la verticalidad hasta estar entronizado para su estación de penitencia en el primer día de la Santa Semana.

En San Felipe Neri, superadas las tensiones de la mañana con el trono de ida y vuelta al templo, se celebraba igualmente, según marcan las reglas estatutarias de la corporación, el traslado claustral de la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia, de la hermandad de la Santa Cruz, en un ambiente también de gran recogimiento.

Y San Juan también vivió un día grande, con los sagrados titulares de la archicofradía de los Dolores expuestos en veneración durante toda la jornada. No en vano, es la fiesta principal de la corporación, unos cultos intemporales que hunden sus raíces en la historia de la propia ciudad y que nunca han dejado de celebrarse, ni siquiera cuando la cofradía atravesaba épocas de especial languidez y hasta dejó de procesionar hasta la reorganización del culto externo el Viernes Santo de 1978, lo que supuso una verdadera revolución para la Semana Santa. 

La Virgen de los Dolores presidía en su trono el presbiterio del altar mayor del templo, mientras que el Cristo de la Redención se disponía en horizontal hasta la capilla sacramental donde recibe culto diario. Tras la solemne función principal de instituto, en la que los cofrades hicieron pública protestación de fe, tras el tradicional canto del 'Stabat Mater', comenzaba el traslado claustral de la imagen de gubiara Miñarro. Prácticamente a oscuras, con las naves de San Juan llenas, se iniciaba el breve itinerario hasta el trono procesional, donde el Cristo fue alzado desde el coro y entronizado, mientras el 'Miserere Mei Deus' resonaba en un ambiente de solemnidad absoluta. 

Traslado del Cristo de la Hermandad y la Caridad y la Virgen de los Dolores, en Puerto de la Torre

Traslado del Cristo de la Hermandad y la Caridad y la Virgen de los Dolores, en Puerto de la Torre / Eduardo Nieto

Puerto de la Torre y Churriana

El Viernes de Dolores es un día especial en el extrarradio de Málaga capital. Puerto de la Torre y Churriana vivieron las salidas procesionales de sus cofradías. No necesitan ir al Centro para ser protagonistas. Son cabeza de su barrio y eso se nota en la presencia de cientos, sino miles de vecinos, los que abarrotaron las calles al paso de sus titulares. En el Puerto de la Torre además se vivió con un extra de emoción. La Virgen de los Dolores salía por primera vez bajo palio. Es un sueño hecho realidad para muchos hermanos de esta cofradía y así lo hizo saber el hermano mayor, Enrique Luque, en una emocionante intervención antes de la salida en la que remarcaba el esfuerzo por conseguir el palio. El Cristo de la Hermandad salió ante una abarrotada explanada, saludando a la Virgen que esperaba en el salón de tronos. Varias marchas acompañaron a este momento, antes de que el trono se incorporara al cortejo.

Churriana también vivió con intensidad esta noche, en la que todo el pueblo sale a la calle para ver al Nazareno del Paso y la Virgen de los Dolores, que siempre consiguen emocionar a los vecinos. Es una de las imágenes más antiguas de Málaga y su devoción está muy enraizada en Churriana, donde saca a la calle a cientos de personas cada año. Y en este caso, con el reencuentro tan esperado tras dos años en blanco.

Mena, Traslado y Expiración

En la plaza de la iglesia de San Pablo, un pasillo de feligreses de todas las edades esperan el inicio del vía crucis de la cofradía del Santo Traslado. 14 imágenes de la pasión anuncian la llegada de dos pequeños tronos de madera en los que se alzan la Soledad de San Pablo y el Santo Traslado. El bullicio queda acompañado, una vez bajan los hermanos de la cofradía por la rampa, por unas voces que rezan el Padre Nuestro.

En silencio y en penumbra. La plaza de la Iglesia de Santa Domingo enmudecida para recibir al rostro inocente de Soledad de Mena. Tímidamente, se escuchan las voces de un coro que despierta una ola de móviles que se levantan para dar la bienvenida a la Virgen de la Soledad. Con paso lento pero decidido avanza a su Casa Hermandad.

La Soledad de Ávalos en el convento de las Hermanas de la Cruz.

La Soledad de Ávalos en el convento de las Hermanas de la Cruz. / Eduardo Nieto

La hermandad vivió otro momento intenso esta tarde con la celebración de la tradicional misa del Viernes de Dolores en el oratorio del convento de las Hermanas de la Cruz y ante la presencia de la imponente imagen de la Virgen de la Soledad que tallara Juan de Ávalos y que permanece en custodia por las monjas. Es una de las pocas ocasiones en las que se puede ver.

En la mano izquierda, unos dedos delgados juegan con un pequeño taquito de estampas desordenadas. Suena una marcha que aísla a los feligreses de la calle Ancha del Carmen. Un grupo abultado de ojos inquietos preceden al Cristo de la Expiración en su avance, mientras que María Santísima de los Dolores guía, como si fuera la batuta, a la banda de música de la cofradía.

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